tag:blogger.com,1999:blog-79699172931285843422024-03-16T15:53:21.826-03:00ESPIRITUALIDAD COTIDIANAUn espacio para descubrir la presencia de Dios en el desierto de la vida cotidiana...ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.comBlogger688125tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-16260837323042399492024-03-16T11:10:00.000-03:002024-03-16T11:10:20.072-03:00 ¡QUEREMOS VER A JESÚS!<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-ZrWWTR59wOGvvyWn6zwndo6bWTtzBbxrAn18zJYhXBrMxWAFg5TP1LS_0SnpH-Eh10Pjz4-Y432VcCDKZkOgnTVkEvO1-IGj_7L8JO1mv9Ff9iox8KTIpoz2xZScA1oQm5APJafJuZmb5z8CRKe0y9-FoawVJE16hd045pIHGHvOqgUzSVxg6G61mTs/s378/fotocasaee.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="378" data-original-width="300" height="372" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-ZrWWTR59wOGvvyWn6zwndo6bWTtzBbxrAn18zJYhXBrMxWAFg5TP1LS_0SnpH-Eh10Pjz4-Y432VcCDKZkOgnTVkEvO1-IGj_7L8JO1mv9Ff9iox8KTIpoz2xZScA1oQm5APJafJuZmb5z8CRKe0y9-FoawVJE16hd045pIHGHvOqgUzSVxg6G61mTs/w295-h372/fotocasaee.jpg" width="295" /></a></div><p>Escrito por Florentino Ulibarri</p><p><br /></p><p>Hoy me adhiero, Señor, </p><p>al grupo de los que quieren verte</p><p>-saludarte, presentarse, escucharte, hablarte...-.</p><p><br /></p><p>Como a aquellos griegos gentiles, </p><p>pero curiosos e inquietos,</p><p>que acudieron a Felipe para conocerte,</p><p>también a mí me has tocado y despertado</p><p>abriéndome el horizonte</p><p>con tu presencia, mirada y mensaje.</p><p><br /></p><p>Pero, ¿quién me acercará hasta ti?</p><p>¿Quién me llevará a tu presencia?</p><p>¿Quién me ayudará a superar las murallas</p><p>-culturales, religiosas, personales-</p><p>que nos separan y me retienen?</p><p><br /></p><p>¿Quién será el anfitrión de nuestro encuentro?</p><p>¿Quién se hará cargo de este deseo</p><p>que surge de lo más hondo de mi ser</p><p>y me acompaña noche y día</p><p>desde la primera vez?</p><p><br /></p><p>¿Quién será el anfitrión de nuestro encuentro?</p><p><br /></p><p>Entre tus discípulos y apóstoles</p><p>siempre hubo, y seguro que las hay hoy,</p><p>personas cercanas y humildes,</p><p>con los pies en la tierra, en el "humus",</p><p>y los ojos fijos en ti;</p><p>hermanos atentos y sin ambiciones;</p><p>pastores que huelen a lo que deben oler;</p><p>pobres despojados hasta de su ser;</p><p>creyentes que se siembran sin temor a desaparecer;</p><p>hombres y mujeres que gozan al estar junto a ti...</p><p><br /></p><p>¡Ojalá tenga la suerte</p><p>de toparme con ellos hoy,</p><p>aquí, en casa, o en los caminos,</p><p>o en las plazas, o en las fiestas, o en el templo...</p><p>o en cualquier lugar,</p><p>sea espacio sagrado o profano;</p><p>...o en el reverso de la historia</p><p>tan olvidado y arrinconado,</p><p>pero que tanto te preocupa a ti</p><p>y a todos los que siguen tus huellas!</p><p><br /></p><p>¡Que llegue esa hora</p><p>para estar en tu compañía, Jesús!</p>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-31104957650527398742024-03-16T10:59:00.001-03:002024-03-16T10:59:21.614-03:00"Queremos ver a Jesús” <p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVO9d__Se_m1JOWP-MOwzL5TMufxe1EJ1wt0Hc6hV21uXWJblfvPHsHH7aFLdZNZfZXMUdoMIwVF377mtbq-H27uvyQuXfGq0OE89J07DpxkXX4XCFIGAvXBNNKhO87yVChArS8AlyJZJjtP1CQJOjyVxHVem9eFqEfITgjV4mdu-og2UbvHNkalqthgQ/s899/ee570cf3020d89438836345d5893779a.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: inherit;"><img border="0" data-original-height="899" data-original-width="564" height="369" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVO9d__Se_m1JOWP-MOwzL5TMufxe1EJ1wt0Hc6hV21uXWJblfvPHsHH7aFLdZNZfZXMUdoMIwVF377mtbq-H27uvyQuXfGq0OE89J07DpxkXX4XCFIGAvXBNNKhO87yVChArS8AlyJZJjtP1CQJOjyVxHVem9eFqEfITgjV4mdu-og2UbvHNkalqthgQ/w280-h369/ee570cf3020d89438836345d5893779a.jpg" width="280" /></span></a></div><p></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Texto completo de las palabras del Papa Francisco antes de rezar el Ángelus -2015-</p><p style="text-align: justify;">En este Quinto domingo de Cuaresma, el evangelista Juan nos llama la atención con un particular curioso: algunos “griegos”, judíos, llegados a Jerusalén para la fiesta de la Pascua, se dirigen al apóstol Felipe, y le dicen: “Queremos ver a Jesús” (Jn 12,21). En la ciudad santa, donde Jesús fue por última vez, hay mucha gente. Están los pequeños y los sencillos, que han acogido festivamente al profeta de Nazaret reconociendo en Él al Enviado del Señor. Están los sumos sacerdotes y los líderes del pueblo, que lo quieren eliminar porque lo consideran herético y peligroso. También hay personas, como esos “griegos”, que están curiosos de verlo y de saber más acerca de su persona y de las obras que Él ha realizado, la última de las cuales – la resurrección de Lázaro – ha causado mucha sensación.</p><p style="text-align: justify;">“Queremos ver a Jesús”: estas palabras, al igual que muchas otras en los Evangelios, van más allá del episodio particular y expresan algo universal; revelan un deseo que atraviesa épocas y culturas, un deseo presente en los corazones de muchas personas que han oído hablar de Cristo, pero no lo han encontrado aún. “Yo deseo ver a Jesús”, así siente el corazón de esta gente.</p><p style="text-align: justify;">Respondiendo indirectamente, en modo profético, a aquel pedido de poderlo ver, Jesús pronuncia una profecía que revela su identidad e indica el camino para conocerlo verdaderamente: “Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado”. (Jn 12,23). ¡Es la hora de la Cruz! Es la hora de la derrota de Satanás, príncipe del mal, y del triunfo definitivo del amor misericordioso de Dios. Cristo declara que será “levantado en alto sobre la tierra” (v. 32), una expresión con doble significado: “levantado” porque crucificado, y “levantado” porque exaltado por el Padre en la Resurrección, para atraer a todos a sí mismo y reconciliar a los hombres con Dios y entre sí. La hora de la Cruz, la más oscura de la historia, es también la fuente de salvación para todos los que creen en Él.</p><p style="text-align: justify;">Continuando en la profecía sobre su Pascua ya inminente, Jesús usa una imagen sencilla y sugestiva, aquella del "grano de trigo" que caído en la tierra, muere para dar fruto (cfr. v. 24). En esta imagen encontramos otro aspecto de la Cruz de Cristo: el de la fecundidad. La cruz di Cristo es fecunda. La muerte de Jesús, de hecho, es una fuente inagotable de vida nueva, porque lleva en sí la fuerza regeneradora del amor de Dios. Inmersos en este amor por el Bautismo, los cristianos pueden convertirse en "granos de trigo" y dar mucho fruto, si al igual que Jesús, "pierden propia la vida" por amor a Dios y a los hermanos (cfr. v. 25).</p><p style="text-align: justify;">Por esta razón, a aquellos que aún hoy "quieren ver a Jesús", a los que están en la búsqueda del rostro de Dios; a quien ha recibido una catequesis cuando era pequeño y luego no la ha profundizado más y quizás ha perdido la fe; a tantos que aún no han encontrado a Jesús personalmente... a todas estas personas podemos ofrecerles tres cosas: el Evangelio; el Crucifijo y el testimonio de nuestra fe, pobre pero sincera. El Evangelio: ahí podemos encontrar a Jesús, escucharlo, conocerlo. El Crucifijo: signo del amor de Jesús que se entregó por nosotros. Y luego, una fe que se traduce en gestos simples de caridad fraterna. Pero principalmente en la coherencia de vida: entre lo que decimos y lo que vivimos, coherencia entre nuestra fe y nuestra vida, entre nuestras palabras y nuestras acciones. Evangelio, Crucifijo y testimonio. </p><p style="text-align: justify;">Que la Virgen nos ayude a dar estas tres cosas.</p>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-44830413810004746082024-03-12T10:59:00.005-03:002024-03-12T11:01:37.488-03:00Mes de San Jose : “3 claves para vivir la Cuaresma inspirados en San José”<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuo5-8lFZbEWWTA42sKQCZr-MxpQMHxSBca2eEFLhA4sD5EOrKMFsapR3BP6qvdkZpxA6JKE-r7M6YZWFMVosdAgk_OLNK2gzsiBtWa6ZWGihCf2I7zjic9j58C8awZ_qv4Tk8wRJ1s_1WlXt09QMXkALLKCGhtFcbuEBs38f3DuZKJlmRWmcUWPwTOkY/s564/ed02716d65abf9d075bf763f2db0936d.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="556" data-original-width="564" height="359" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuo5-8lFZbEWWTA42sKQCZr-MxpQMHxSBca2eEFLhA4sD5EOrKMFsapR3BP6qvdkZpxA6JKE-r7M6YZWFMVosdAgk_OLNK2gzsiBtWa6ZWGihCf2I7zjic9j58C8awZ_qv4Tk8wRJ1s_1WlXt09QMXkALLKCGhtFcbuEBs38f3DuZKJlmRWmcUWPwTOkY/w365-h359/ed02716d65abf9d075bf763f2db0936d.jpg" width="365" /></a></div><span style="text-align: justify;"><p style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"><br /></span></p><span style="font-family: inherit;">Fuente: Hermanas Pobres Bonaerenses de San Jose</span></span><p></p><p><span style="font-family: inherit; text-align: justify;">Comenzando el Mes de San José, les compartimos estas
“claves” para vivir la Cuaresma de la mano de este Santo tan querido…</span></p><p><span style="font-family: inherit;"><u style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Tiempo para el SILENCIO y la
REFLEXION</span></u><span lang="ES" style="line-height: 107%; text-align: justify;">: Es un momento
propicio para alejarse del ruido y escuchar la voz del Padre en lo profundo del
corazón.</span></span></p><p><span style="font-family: inherit; text-align: justify;">Dedícale tiempo diario a la oración y la meditación de la
Palabra, buscando la acción de la Providencia en tu vida…</span></p><p><span style="font-family: inherit;"><u style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Tiempo OBEDIENCIA y HUMILDAD</span></u><span lang="ES" style="line-height: 107%; text-align: justify;">: San José fue un hombre obediente a la voluntad de Dios,
incluso cuando no entendía completamente su plan.</span></span></p><p><span style="font-family: inherit; text-align: justify;">En Cuaresma haz memoria de las veces que, aceptando los
planes de Dios en tu vida, fuiste creciendo en libertad…</span></p><p><span style="font-family: inherit;"><u style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Tiempo de SERVICIO y CARIDAD</span></u><span lang="ES" style="line-height: 107%; text-align: justify;">: San José fue un ejemplo de servicio desinteresado y
caridad hacia los demás.</span></span></p><p><span style="font-family: inherit; text-align: justify;">Aprovecha este tiempo para servir con pequeños gestos a
los mas necesitados de tu comunidad, dedicando tiempo y recursos a ayudar a los
mas vulnerables que Dios pone en tu camino…</span></p>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-85792249443186301762024-03-09T16:00:00.001-03:002024-03-09T16:00:00.260-03:00Dios nos está Revelando su «Amor Loco» por la Humanidad...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdKNEfDHizRMZxjrU45YLQ0sEt1RT-7lhLkpe05atWNWc2ldLg75FTmqabpgt8HssAILAVyneBUWS2ZqmZnP-drWiCPJ87V7jFVzi7K6HPImDHxk20ZTyM3yCUE53aJM1winrlhP_jbvEwKnjQ4cnzwz_X3BG7XPCPb2YaVtbwnP_FY47zdQfiICxSly0/s1280/87184115-db21-4b1b-a575-d8ed54a3df0f.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1280" data-original-width="1280" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdKNEfDHizRMZxjrU45YLQ0sEt1RT-7lhLkpe05atWNWc2ldLg75FTmqabpgt8HssAILAVyneBUWS2ZqmZnP-drWiCPJ87V7jFVzi7K6HPImDHxk20ZTyM3yCUE53aJM1winrlhP_jbvEwKnjQ4cnzwz_X3BG7XPCPb2YaVtbwnP_FY47zdQfiICxSly0/s320/87184115-db21-4b1b-a575-d8ed54a3df0f.JPG" width="320" /></a></div><br /><p>Escrito por José Antonio Pagola</p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">El evangelista Juan nos habla de un extraño encuentro de Jesús con un importante fariseo, llamado Nicodemo. Según el relato, es Nicodemo quien toma la iniciativa y va a donde Jesús «de noche». Intuye que Jesús es «un hombre venido de Dios», pero se mueve entre tinieblas. Jesús lo irá conduciendo hacia la luz.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Nicodemo representa en el relato a todo aquel que busca sinceramente encontrarse con Jesús. Por eso, en cierto momento, Nicodemo desaparece de escena y Jesús prosigue su discurso para terminar con una invitación general a no vivir en tinieblas, sino a buscar la luz.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Según Jesús, la luz que lo puede iluminar todo está en el Crucificado. La afirmación es atrevida: «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna». ¿Podemos ver y sentir el amor de Dios en ese hombre torturado en la cruz?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Acostumbrados desde niños a ver la cruz por todas partes, no hemos aprendido a mirar el rostro del Crucificado con fe y con amor. Nuestra mirada distraída no es capaz de descubrir en ese rostro la luz que podría iluminar nuestra vida en los momentos más duros y difíciles. Sin embargo, Jesús nos está mandando desde la cruz señales de vida y de amor.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">En esos brazos extendidos, que no pueden ya abrazar a los niños, y en esas manos clavadas, que no pueden acariciar a los leprosos ni bendecir a los enfermos, está Dios con sus brazos abiertos para acoger, abrazar y sostener nuestras pobres vidas, rotas por tantos sufrimientos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Desde ese rostro apagado por la muerte, desde esos ojos que ya no pueden mirar con ternura a pecadores y prostitutas, desde esa boca que no puede gritar su indignación por las víctimas de tantos abusos e injusticias, <i>Dios nos está revelando su «amor loco» por la humanidad.</i></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">«Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él». Podemos acoger a ese Dios y lo podemos rechazar. Nadie nos fuerza. Somos nosotros los que hemos de decidir. Pero «la Luz ya ha venido al mundo». ¿Por qué tantas veces rechazamos la luz que nos viene del Crucificado?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Él podría poner luz en la vida más desgraciada y fracasada, pero «el que obra mal... no se acerca a la luz para no verse acusado por sus obras». Cuando vivimos de manera poco digna, evitamos la luz, porque nos sentimos mal ante Dios. No queremos mirar al Crucificado. Por el contrario, «el que realiza la verdad se acerca a la luz». No huye a la oscuridad. No tiene nada que ocultar. Busca con su mirada al Crucificado. Él lo hace vivir en la luz.</span></p>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-87919736985546267982024-03-02T10:00:00.005-03:002024-03-02T10:00:00.248-03:00Los Diez Mandamientos son una Aventura del Crecimiento Humano<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIft28ffVdaIxoOVXz8yQwt8keMsnssRHcFlUuAtA8UkDeRpQzB4DOwiszGXDu4KD6AMX7zQsVJXBqgdY6y-JYeEJl1GpfE-7riBxPEFNYzayXsy5g0kGaxAaKFz0xW3O5OrZGSmTqt3DW0DRn1_9rAP7rAlZAK7k95_7ivHkhD2rmMhHTkRP5CmGPxp8/s320/3c9f_6526.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="212" data-original-width="320" height="279" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIft28ffVdaIxoOVXz8yQwt8keMsnssRHcFlUuAtA8UkDeRpQzB4DOwiszGXDu4KD6AMX7zQsVJXBqgdY6y-JYeEJl1GpfE-7riBxPEFNYzayXsy5g0kGaxAaKFz0xW3O5OrZGSmTqt3DW0DRn1_9rAP7rAlZAK7k95_7ivHkhD2rmMhHTkRP5CmGPxp8/w421-h279/3c9f_6526.jpg" width="421" /></a></div><p><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Escrito por la hermana Joan Chittister . OSB, -de su Libro: Los diez Mandamientos-</span></span></p><div style="text-align: justify;">La hermana Joan, se pregunta y se responde ante la novedad que hoy tienen los Diez Mandamientos:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">“¿Qué son los Diez Mandamientos y que significan para nosotros ahora, en un mundo en el que judíos, cristianos y musulmanes afirman, todos ellos, aceptar a Moisés y las Tablas del Sinaí como fundamento de su ley, por mas leyes distintas que queramos añadirles?</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Si somos verdaderamente personas –cultural, política y socialmente- imbuidas de los Diez Mandamientos y pretendemos preservarlos como fundamento de nuestra civilización, ¿Qué significa eso para nosotros aquí y ahora? ¿Son acaso los principios vitales que dichos mandamientos nos proporcionan un verdadero impulso vivo para nosotros o meras reliquias de épocas pasadas que se han convertido en una especie de fetiche cultural, en algo que nos distingue quizá del mundo religioso circundante, pero que apenas tiene incidencia alguna en nuestra vida personal o pública?</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">¿Hay en ellos algo por lo que merezca la pena interesarse o son, quizá, meros productos de un mundo pasado?, ¿son en verdad un criterio válido para nuestra vida?; ¿Qué medida dan de nosotros y a quien le importa? </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Estas leyes, que encarnaban para ellos los deseos de Dios, hicieron de ellos una sociedad única por su adhesión, no a las leyes de Moisés –sometidas a cambio por cualquier gobernante posterior-, sino a la ley de Dios. Esas leyes no emanaban del capricho humano; eran irrevocables e inmodificables y debían estas escritas en la mente y en el corazón de la comunidad hebrea por los siglos de los siglos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El otorgamiento de los Diez Mandamientos puede verse al instante como algo único. Estas leyes, destinadas a ser principios morales por los que vivir, mas que prescripciones minuciosamente definidas que hubiera que seguir, tenían la finalidad inequívoca de configurar un modo de vivir, un estilo de vida, una actitud mental, un espíritu de comunidad humana, un pueblo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La cuestión es que los Diez Mandamientos son leyes del corazón, no del Estado; son leyes que pretenden llevar a la plenitud de la vida, no simplemente a una vida bien ordenada. </div><div style="text-align: justify;">Aristóteles insiste en que la vida perfecta es aquella en la que contemplamos las cosas mejores y mas valiosas, las cosas de mayor merito. La vida perfecta –dice Aristóteles- nos compromete a dedicarnos a aquello sobre lo que merece la pena pensar. Los Diez Mandamientos nos dicen sobre que merece la pena pensar en la vida. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Se trata de las cosas que son mas importantes que la mecánica transitoria del día a día; se trata de las cosas que perduran, que se convierten en el sustrato espiritual en que reposa nuestra vida, las cosas que acaban formando el camino que conduce a plenitud desde la pequeñez de los mayores empeños humanos. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Se trata, no tanto de nuevas leyes, cuando de una nueva visión de lo que significa ser una comunidad humana, un pueblo de Dios. A Moisés –dice la Escritura- se le ordena posponer la promulgación de la ley hasta que el pueblo judío haya llegado finalmente a la Tierra Prometida, hasta que esté listo, al fin, para instalarse y comenzar un modo de vida completamente nuevo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Puede que lo mas significativo de todo sea que las Tablas del Sinaí son denominadas “mandamientos” una sola vez en toda la Escritura, los Diez Mandamientos son mencionados como el Decálogo: las “diez palabras”. Es el Decálogo –esas diez palabras- lo que a lo largo de los años se desarrollo en diez ideas o conceptos o ideales o propuestas que hicieron de las doce tribus de Israel un tipo distinto de “pueblo”. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Son palabras acerca de la alabanza, la responsabilidad humana, la justicia, la creación, el valor de la vida, la naturaleza de las relaciones, la honradez, la veracidad, el deseo y la sencillez de vida. </div><div style="text-align: justify;">Escritas en segunda persona del singular del futuro, las “palabras” están destinadas a ser todo un nuevo modo de enfocar la vida para todos nosotros. Esta vez se nos ha dicho, no lo que el rey espera, sino lo que espera Dios, y cada uno de nosotros es responsable de adecuar a ello su propia vida. </div><div style="text-align: justify;">Los Diez Mandamientos son, pues, una aventura del crecimiento humano. No somos tanto condenados cuanto trasformados por ellos. </div>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-15884489382333448712024-02-24T08:00:00.001-03:002024-02-24T08:00:00.245-03:00Transfigurar la Ascesis Cuaresmal, en un Camino Sinodal...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtcRqdc6p22PgRYCdWTBxXL6sh8pdDu-5xfF-WH847vEdMWZ2qPL10fWUJBneAFUrZPn1f2ZcyEZOV1cdh-mjiCh74se7fKjfVhxWluG5vaZKDgyuveDo0VH-Nn4yZYwWnCowP4nnDA4jRzgUwblAyn5HMpgfFbw9guevD5EzUF4pD71fwfFJDbO0Q_iM/s665/IMG-3909.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="528" data-original-width="665" height="284" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtcRqdc6p22PgRYCdWTBxXL6sh8pdDu-5xfF-WH847vEdMWZ2qPL10fWUJBneAFUrZPn1f2ZcyEZOV1cdh-mjiCh74se7fKjfVhxWluG5vaZKDgyuveDo0VH-Nn4yZYwWnCowP4nnDA4jRzgUwblAyn5HMpgfFbw9guevD5EzUF4pD71fwfFJDbO0Q_iM/w433-h284/IMG-3909.JPG" width="433" /></a></div><p>Palabras del Papa Francisco en el 2 º Domingo de Cuaresma 2023</p><p style="text-align: justify;">Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas concuerdan al relatar el episodio de la Transfiguración de Jesús. En este acontecimiento vemos la respuesta que el Señor dio a sus discípulos cuando estos manifestaron incomprensión hacia Él. De hecho, poco tiempo antes se había producido un auténtico enfrentamiento entre el Maestro y Simón Pedro, quien, tras profesar su fe en Jesús como el Cristo, el Hijo de Dios, rechazó su anuncio de la pasión y de la cruz. Jesús lo reprendió enérgicamente: «¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Tú eres para mí un obstáculo, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres» (Mt 16,23). Y «seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado» (Mt 17,1).</p><p style="text-align: justify;">El evangelio de la Transfiguración se proclama cada año en el segundo domingo de Cuaresma. En efecto, en este tiempo litúrgico el Señor nos toma consigo y nos lleva a un lugar apartado. Aun cuando nuestros compromisos diarios nos obliguen a permanecer allí donde nos encontramos habitualmente, viviendo una cotidianidad a menudo repetitiva y a veces aburrida, en Cuaresma se nos invita a “subir a un monte elevado” junto con Jesús, para vivir con el Pueblo santo de Dios una experiencia particular de ascesis...</p><p style="text-align: justify;">La ascesis cuaresmal es un compromiso, animado siempre por la gracia, para superar nuestras faltas de fe y nuestras resistencias a seguir a Jesús en el camino de la cruz. Era precisamente lo que necesitaban Pedro y los demás discípulos. Para profundizar nuestro conocimiento del Maestro, para comprender y acoger plenamente el misterio de la salvación divina, realizada en el don total de sí por amor, debemos dejarnos conducir por Él a un lugar desierto y elevado, distanciándonos de las mediocridades y de las vanidades. Es necesario ponerse en camino, un camino cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, como una excursión por la montaña. Estos requisitos también son importantes para el camino sinodal que, como Iglesia, nos hemos comprometido a realizar. Nos hará bien reflexionar sobre esta relación que existe entre la ascesis cuaresmal y la experiencia sinodal.</p><p style="text-align: justify;">En el “retiro” en el monte Tabor, Jesús llevó consigo a tres discípulos, elegidos para ser testigos de un acontecimiento único. Quiso que esa experiencia de gracia no fuera solitaria, sino compartida, como lo es, al fin y al cabo, toda nuestra vida de fe. A Jesús hemos de seguirlo juntos. Y juntos, como Iglesia peregrina en el tiempo, vivimos el año litúrgico y, en él, la Cuaresma, caminando con los que el Señor ha puesto a nuestro lado como compañeros de viaje. Junto al ascenso de Jesús y sus discípulos al monte Tabor, podemos afirmar que nuestro camino cuaresmal es “sinodal”, porque lo hacemos juntos por la misma senda, discípulos del único Maestro. Sabemos, de hecho, que Él mismo es el Camino y, por eso, tanto en el itinerario litúrgico como en el del Sínodo, la Iglesia no hace sino entrar cada vez más plena y profundamente en el misterio de Cristo Salvador.</p><p style="text-align: justify;">Y llegamos al momento culminante. Dice el Evangelio que Jesús «se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz» (Mt 17,2). Aquí está la “cumbre”, la meta del camino. Al final de la subida, mientras estaban en lo alto del monte con Jesús, a los tres discípulos se les concedió la gracia de verle en su gloria, resplandeciente de luz sobrenatural. Una luz que no procedía del exterior, sino que se irradiaba de Él mismo. La belleza divina de esta visión fue incomparablemente mayor que cualquier esfuerzo que los discípulos hubieran podido hacer para subir al Tabor. Como en cualquier excursión exigente de montaña, a medida que se asciende es necesario mantener la mirada fija en el sendero; pero el maravilloso panorama que se revela al final, sorprende y hace que valga la pena. También el proceso sinodal parece a menudo un camino arduo, lo que a veces nos puede desalentar. Pero lo que nos espera al final es sin duda algo maravilloso y sorprendente, que nos ayudará a comprender mejor la voluntad de Dios y nuestra misión al servicio de su Reino.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-60993890581144398922024-02-17T09:00:00.001-03:002024-02-17T09:00:00.135-03:00El Desierto, es un Tiempo y Lugar cargado de presencias...<p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhq-EVKykP0X_Vxi66wOvqO79AuoZf3019tXqoiEY6VS3Aot4QClM9Z-sh3hbY05Ule7eGT5xxE5y6d5rHbBk8sUEKpf64AMnr6-9bXud1LFfsqnPy28DkfPoVKq9aGrBZctKDgkCj6fPrsGnLRAX0hKOzsEmKtXPVpLo6nZbO8Q7a0kaCdz2II0H7UFlw/s320/1959688_609459932462366_527314627_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="214" data-original-width="320" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhq-EVKykP0X_Vxi66wOvqO79AuoZf3019tXqoiEY6VS3Aot4QClM9Z-sh3hbY05Ule7eGT5xxE5y6d5rHbBk8sUEKpf64AMnr6-9bXud1LFfsqnPy28DkfPoVKq9aGrBZctKDgkCj6fPrsGnLRAX0hKOzsEmKtXPVpLo6nZbO8Q7a0kaCdz2II0H7UFlw/w368-h246/1959688_609459932462366_527314627_n.jpg" width="368" /></a></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit; text-align: left;"><br /></span></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit; text-align: left;">FUENTE: CEP -Centro de Espiritualidad y Pastoral-</span></span></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">La liturgia nos propone para este 1er domingo, un relato muy breve pero a la vez muy lleno de símbolos en torno a dos experiencias: desierto y conversión.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">El desierto que nos presenta el evangelista, es tiempo y lugar de contrastes. En el desierto vive Jesús cuarenta días y vive rodeado de animales salvajes. Es tentado por satanás y los ángeles le sirven. Así <i>el desierto, aunque es un tiempo y lugar de apartamiento, no está vacío, está cargado de presencias.</i></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">La conversión también es tiempo y lugar de contrastes. Se nos anuncia que se ha cerrado ya un ciclo: “el tiempo se ha cumplido”, y a la vez nos anuncian que estamos en el tiempo del Evangelio. Y así, la conversión implica la salida del tiempo caduco, el actual, para transitar uno nuevo, el de la llegada del Reino.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Pero en medio de la experiencia de desierto y conversión, aparece el Espíritu que impulsa, y la situación de Juan Bautista que provoca coraje. Marcos nos dice que Jesús va al desierto bajo el impulso del Espíritu Santo, y que movido por el arresto del Bautista, va a Galilea para anunciar la conversión. Jesús ni se resiste al Espíritu, ni se paraliza ante la dificultad o el reto. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">El Evangelio de este domingo nos está invitando a vivir el desierto y la conversión. Propone que dejemos guiarnos por el Espíritu Santo al desierto de Dios, que nos demos un tiempo para que podamos encontrarnos cara a cara y sin miedo, con todo lo que llevamos dentro de nosotros mismos. Y nos propone, como a Jesús, que estemos atentos a lo que va pasando a nuestro alrededor, para que las realidades de hoy provoquen el coraje de responder a los retos que nos presenten el Espíritu y el Mundo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Desierto y conversión son presentados por Marcos como dos aspectos inseparables de un mismo camino. Una ruta que se transita con la luz del Evangelio. Todo desierto bien vivido ha de llevar a la conversión. Puede que nos resistamos a vivir el desierto que nos ofrece Dios por estar afianzados en nuestros apegos, en nuestras comodidades, en nuestras cerrazones. Y puede que con ello estemos rechazando la gracia de la conversión, y la salvación.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Que nos atrevamos a salir de nosotros mismos y nos expongamos a la energía del Espíritu de Dios para que nos coloque en la vida, libres, convertidos, solidarios, misericordiosos, alegres y esperanzados en la venida del Reino.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"><b>ORACIÓN de CUARESMA:</b></span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">Ayúdame a hacer silencio,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">Señor, quiero escuchar tu voz.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">Toma mi mano, guíame al desierto,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">que nos encontremos a solas, Tú y yo.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">Necesito contemplar tu rostro,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">me hace falta la calidez de tu voz,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">caminar juntos... callar para que hables Tú.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">Me pongo en tus manos, quiero revisar mi vida,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">descubrir en qué tengo que cambiar,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">afianzar lo que anda bien,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">sorprenderme con lo nuevo que me pides.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">Me tienta creer que te escucho,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">cuando escucho mi voz.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">¡Enséñame a discernir!</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">Dame luz para distinguir tu rostro.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">Llévame al desierto</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">Señor, despójame de lo que me ata,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">sacude mis certezas y pon a prueba mi amor</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">Para empezar de nuevo, humilde, sencillo,</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;">con fuerza y Espíritu para vivir fiel a Ti.<br /></span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"> P. Javier Leoz</span></p>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-53791141416885529842024-02-14T00:00:00.000-03:002024-02-14T00:00:00.129-03:00“A través del desierto Dios nos guía a la libertad” -Mensaje papa Francisco para la Cuaresma 2024-<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbz6WBkryaAcvaqKJB8-2jzNIooYdka3ZH4oYkUsFqdzB-OzMFV3cASSzU1SUKN7x_Uel43m8wtOzkqiGMmf3MIym86mPtUfiV2_dbIhs3G62zo_jw3udJqJUmjp-pDZKYLr5CfAM1Wln2z2N3Me2NK7V6hxxvD7iyQtFv3WIHb5NcI90xfFQZdo7NFkc/s937/Mensaje%20Cuaresma%202024.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><b><img border="0" data-original-height="699" data-original-width="937" height="286" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbz6WBkryaAcvaqKJB8-2jzNIooYdka3ZH4oYkUsFqdzB-OzMFV3cASSzU1SUKN7x_Uel43m8wtOzkqiGMmf3MIym86mPtUfiV2_dbIhs3G62zo_jw3udJqJUmjp-pDZKYLr5CfAM1Wln2z2N3Me2NK7V6hxxvD7iyQtFv3WIHb5NcI90xfFQZdo7NFkc/w383-h286/Mensaje%20Cuaresma%202024.jpg" width="383" /></b></a></div><b><br /></b><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">Queridos hermanos y hermanas:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">Cuando nuestro Dios se revela, comunica la libertad: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud» (Ex 20,2). Así se abre el Decálogo dado a Moisés en el monte Sinaí. El pueblo sabe bien de qué éxodo habla Dios; la experiencia de la esclavitud todavía está impresa en su carne. Recibe las diez palabras de la alianza en el desierto como camino hacia la libertad. Nosotros las llamamos “mandamientos”, subrayando la fuerza del amor con el que Dios educa a su pueblo. La llamada a la libertad es, en efecto, una llamada vigorosa. No se agota en un acontecimiento único, porque madura durante el camino. Del mismo modo que Israel en el desierto lleva todavía a Egipto dentro de sí –en efecto, a menudo echa de menos el pasado y murmura contra el cielo y contra Moisés–, también hoy el pueblo de Dios lleva dentro de sí ataduras opresoras que debe decidirse a abandonar. Nos damos cuenta de ello cuando nos falta esperanza y vagamos por la vida como en un páramo desolado, sin una tierra prometida hacia la cual encaminarnos juntos. La Cuaresma es el tiempo de gracia en el que el desierto vuelve a ser –como anuncia el profeta Oseas– el lugar del primer amor (cf. Os 2,16-17). Dios educa a su pueblo para que abandone sus esclavitudes y experimente el paso de la muerte a la vida. Como un esposo nos atrae nuevamente hacia sí y susurra palabras de amor a nuestros corazones.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">El éxodo de la esclavitud a la libertad no es un camino abstracto. Para que nuestra Cuaresma sea también concreta, el primer paso es querer ver la realidad. Cuando en la zarza ardiente el Señor atrajo a Moisés y le habló, se reveló inmediatamente como un Dios que ve y sobre todo escucha: «Yo he visto la opresión de mi pueblo, que está en Egipto, y he oído los gritos de dolor, provocados por sus capataces. Sí, conozco muy bien sus sufrimientos. Por eso he bajado a librarlo del poder de los egipcios y a hacerlo subir, desde aquel país, a una tierra fértil y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel» (Ex 3,7-8). También hoy llega al cielo el grito de tantos hermanos y hermanas oprimidos. Preguntémonos: ¿nos llega también a nosotros? ¿Nos sacude? ¿Nos conmueve? Muchos factores nos alejan los unos de los otros, negando la fraternidad que nos une desde el origen.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">En mi viaje a Lampedusa, ante la globalización de la indiferencia planteé dos preguntas, que son cada vez más actuales: «¿Dónde estás?» (Gn 3,9) y «¿Dónde está tu hermano?» (Gn 4,9). El camino cuaresmal será concreto si, al escucharlas de nuevo, confesamos que seguimos bajo el dominio del Faraón. Es un dominio que nos deja exhaustos y nos vuelve insensibles. Es un modelo de crecimiento que nos divide y nos roba el futuro; que ha contaminado la tierra, el aire y el agua, pero también las almas. Porque, si bien con el bautismo ya ha comenzado nuestra liberación, queda en nosotros una inexplicable añoranza por la esclavitud. Es como una atracción hacia la seguridad de lo ya visto, en detrimento de la libertad.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">Quisiera señalarles un detalle de no poca importancia en el relato del Éxodo: es Dios quien ve, quien se conmueve y quien libera, no es Israel quien lo pide. El Faraón, en efecto, destruye incluso los sueños, roba el cielo, hace que parezca inmodificable un mundo en el que se pisotea la dignidad y se niegan los vínculos auténticos. Es decir, logra mantener todo sujeto a él. Preguntémonos: ¿deseo un mundo nuevo? ¿Estoy dispuesto a romper los compromisos con el viejo? El testimonio de muchos hermanos obispos y de un gran número de aquellos que trabajan por la paz y la justicia me convence cada vez más de que lo que hay que denunciar es un déficit de esperanza. Es un impedimento para soñar, un grito mudo que llega hasta el cielo y conmueve el corazón de Dios. Se parece a esa añoranza por la esclavitud que paraliza a Israel en el desierto, impidiéndole avanzar. El éxodo puede interrumpirse. De otro modo no se explicaría que una humanidad que ha alcanzado el umbral de la fraternidad universal y niveles de desarrollo científico, técnico, cultural y jurídico, capaces de garantizar la dignidad de todos, camine en la oscuridad de las desigualdades y los conflictos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">Dios no se cansa de nosotros. Acojamos la Cuaresma como el tiempo fuerte en el que su Palabra se dirige de nuevo a nosotros: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud» (Ex 20,2). Es tiempo de conversión, tiempo de libertad. Jesús mismo, como recordamos cada año en el primer domingo de Cuaresma, fue conducido por el Espíritu al desierto para ser probado en su libertad. Durante cuarenta días estará ante nosotros y con nosotros: es el Hijo encarnado. A diferencia del Faraón, Dios no quiere súbditos, sino hijos. El desierto es el espacio en el que nuestra libertad puede madurar en una decisión personal de no volver a caer en la esclavitud. En Cuaresma, encontramos nuevos criterios de juicio y una comunidad con la cual emprender un camino que nunca antes habíamos recorrido.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">Esto implica una lucha, que el libro del Éxodo y las tentaciones de Jesús en el desierto nos narran claramente. A la voz de Dios, que dice: «Tú eres mi Hijo muy querido» (Mc 1,11) y «no tendrás otros dioses delante de mí» (Ex 20,3), se oponen de hecho las mentiras del enemigo. Más temibles que el Faraón son los ídolos; podríamos considerarlos como su voz en nosotros. El sentirse omnipotentes, reconocidos por todos, tomar ventaja sobre los demás: todo ser humano siente en su interior la seducción de esta mentira. Es un camino trillado. Por eso, podemos apegarnos al dinero, a ciertos proyectos, ideas, objetivos, a nuestra posición, a una tradición e incluso a algunas personas. Esas cosas en lugar de impulsarnos, nos paralizarán. En lugar de unirnos, nos enfrentarán. Existe, sin embargo, una nueva humanidad, la de los pequeños y humildes que no han sucumbido al encanto de la mentira. Mientras que los ídolos vuelven mudos, ciegos, sordos, inmóviles a quienes les sirven (cf. Sal 115,8), los pobres de espíritu están inmediatamente abiertos y bien dispuestos; son una fuerza silenciosa del bien que sana y sostiene el mundo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">Es tiempo de actuar, y en Cuaresma actuar es también detenerse. Detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo. Por eso la oración, la limosna y el ayuno no son tres ejercicios independientes, sino un único movimiento de apertura, de vaciamiento: fuera los ídolos que nos agobian, fuera los apegos que nos aprisionan. Entonces el corazón atrofiado y aislado se despertará. Por tanto, desacelerar y detenerse. La dimensión contemplativa de la vida, que la Cuaresma nos hará redescubrir, movilizará nuevas energías. Delante de la presencia de Dios nos convertimos en hermanas y hermanos, percibimos a los demás con nueva intensidad; en lugar de amenazas y enemigos encontramos compañeras y compañeros de viaje. Este es el sueño de Dios, la tierra prometida hacia la que marchamos cuando salimos de la esclavitud.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">La forma sinodal de la Iglesia, que en estos últimos años estamos redescubriendo y cultivando, sugiere que la Cuaresma sea también un tiempo de decisiones comunitarias, de pequeñas y grandes decisiones a contracorriente, capaces de cambiar la cotidianeidad de las personas y la vida de un barrio: los hábitos de compra, el cuidado de la creación, la inclusión de los invisibles o los despreciados. Invito a todas las comunidades cristianas a hacer esto: a ofrecer a sus fieles momentos para reflexionar sobre los estilos de vida; a darse tiempo para verificar su presencia en el barrio y su contribución para mejorarlo. Ay de nosotros si la penitencia cristiana fuera como la que entristecía a Jesús. También a nosotros Él nos dice: «No pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan» (Mt 6,16). Más bien, que se vea la alegría en los rostros, que se sienta la fragancia de la libertad, que se libere ese amor que hace nuevas todas las cosas, empezando por las más pequeñas y cercanas. Esto puede suceder en cada comunidad cristiana.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">En la medida en que esta Cuaresma sea de conversión, entonces, la humanidad extraviada sentirá un estremecimiento de creatividad; el destello de una nueva esperanza. Quisiera decirles, como a los jóvenes que encontré en Lisboa el verano pasado: «Busquen y arriesguen, busquen y arriesguen. En este momento histórico los desafíos son enormes, los quejidos dolorosos –estamos viviendo una tercera guerra mundial a pedacitos–, pero abrazamos el riesgo de pensar que no estamos en una agonía, sino en un parto; no en el final, sino al comienzo de un gran espectáculo. Y hace falta coraje para pensar esto» (Discurso a los universitarios, 3 agosto 2023). Es la valentía de la conversión, de salir de la esclavitud. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">La fe y la caridad llevan de la mano a esta pequeña esperanza. Le enseñan a caminar y, al mismo tiempo, es ella la que las arrastra hacia adelante[1].</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">Los bendigo a todos y a su camino cuaresmal.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">Roma, San Juan de Letrán, 3 de diciembre de 2023, I Domingo de Adviento.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">Francisco</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">________________________________________</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">Nota</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #181818; font-family: inherit;">[1] Cf. Ch. Péguy, El pórtico del misterio de la segunda virtud, Madrid 1991, 21-23.</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-21869998849978504542024-02-10T00:00:00.001-03:002024-02-10T00:00:00.144-03:00 La Compasión Brota Espontáneamente de la Comprensión<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjOWJE7ATFvdV10VPMqSwy_1h4eeRZPfn7S1gqE05PH5NgLZa-JzwINls5EIAgMAM9KxqTuuI0UJmN9gvtqeCMA7fMSKcR-iwCLjchqqQUjmJQ46egV2x6B0b8-y2crmekztmPWJCS91tKce2ETv-UPjARj-2qHxjEm2bIhQDr9YjKvfe0mmZo5Dwkwlg/s312/BJx_6220mg_312x240.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="240" data-original-width="312" height="289" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjOWJE7ATFvdV10VPMqSwy_1h4eeRZPfn7S1gqE05PH5NgLZa-JzwINls5EIAgMAM9KxqTuuI0UJmN9gvtqeCMA7fMSKcR-iwCLjchqqQUjmJQ46egV2x6B0b8-y2crmekztmPWJCS91tKce2ETv-UPjARj-2qHxjEm2bIhQDr9YjKvfe0mmZo5Dwkwlg/w375-h289/BJx_6220mg_312x240.jpg" width="375" /></a></div><p>Escrito por Enrique Martínez Lozano</p><p style="text-align: right;">Domingo VI del Tiempo Ordinario</p><p style="text-align: right;">Mc 1, 40-45</p><p style="text-align: justify;">La compasión constituye uno de los signos más palpables de madurez humana y de espiritualidad genuina. Y esto no es así por un convencionalismo arbitrario, sino porque<i> la compasión brota espontáneamente de la comprensión.</i></p><p style="text-align: justify;">Una persona es psicológica y espiritualmente madura cuando se habita a sí misma, viviendo en conexión consciente con lo que es, más allá de la imagen, de la acción y del propio ego. Y lo que somos de fondo, más allá del yo, es una realidad transpersonal que se ha designado como Verdad, Bondad y Belleza. Dicho más brevemente: somos Amor. Por eso, cuando lo comprendemos, no podemos sino vivirlo. Por eso también, es lo único que nos hace felices.</p><p style="text-align: justify;">Sin embargo, la experiencia nos dice que encontraremos dificultades para vivirlo: desde una sensibilidad más o menos endurecida hasta un estado de alejamiento de nuestra propia identidad profunda, pasando por un mayor o menor bloqueo de nuestra capacidad de amar, como consecuencia de carencias afectivas importantes en los primeros momentos de nuestra existencia.</p><p style="text-align: justify;">Eso explica que, con frecuencia, nos veamos enfrentados a una paradoja: somos Amor, pero necesitamos entrenarlo para poder vivirnos en coherencia. Entrenar el amor no significa entrar por un camino de voluntarismo. La voluntad la necesitaremos para mantener la perseverancia en el entrenamiento, pero el amor despertará en la medida en que nos sea posible experimentarlo.</p><p style="text-align: justify;">Es probable que, en ese camino, haya que empezar por cuidar y desarrollar el amor a sí mismo. Un cuidado que no tiene nada de egoísta, ya que ese mismo amor es el que nos libera del encierro narcisista, gracias a dos características que lo acompañan: la humildad y la universalidad.</p><p style="text-align: justify;">El amor es humilde, es decir, verdadero e íntegro y, por tanto, desapropiado, porque se reconoce infinitamente más grande que el propio yo. No se trata, por tanto, de que yo me ame -aunque lo nombremos de este modo-, sino de que el Amor me alcanza y me envuelve. Al reconocerlo así, el yo o ego ha perdido su protagonismo.</p><p style="text-align: justify;">Por otro lado, el amor es universal, no deja nada ni a nadie fuera. Porque no es un sentimiento que dependiera de mí y conociera altibajos, sino una certeza que se apoya en la realidad de lo que es: todo es uno, todos somos uno. En el Amor lo experimentamos.</p>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-2611458464412389422024-02-07T18:01:00.003-03:002024-02-07T18:01:37.068-03:00La Tristeza -Catequesis del Papa Francisco sobre : Vicios y virtudes. Nº7. La tristeza.<div style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzmGTXODmazYegSd9uaq4cLvGC-U_OSVzc1TJcORLR4sl_pAoYBM6jrhTUvXpJ7BlTrYwltwgkE32cz5gZ0M-oe_3ahsPUV__499oCQoHmeu3Si4lbGruTdrdE-jaUFNUYc3eRDzPw3amcB7WXU64GZFaZfcJbIfxovz4RT6FS7HtZR1tWEeYscWisJRo/s320/2014_09_07_liturgia_rscj.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="266" data-original-width="320" height="295" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzmGTXODmazYegSd9uaq4cLvGC-U_OSVzc1TJcORLR4sl_pAoYBM6jrhTUvXpJ7BlTrYwltwgkE32cz5gZ0M-oe_3ahsPUV__499oCQoHmeu3Si4lbGruTdrdE-jaUFNUYc3eRDzPw3amcB7WXU64GZFaZfcJbIfxovz4RT6FS7HtZR1tWEeYscWisJRo/w355-h295/2014_09_07_liturgia_rscj.jpg" width="355" /></a></span></div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;"> PAPA FRANCISCO</div><div style="text-align: right;">AUDIENCIA GENERAL</div><p style="text-align: right;">Miércoles, 7 de febrero de 2024</p><p style="text-align: right;">Catequesis. Vicios y virtudes. 7. La tristeza.</p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">En nuestro recorrido de catequesis sobre los vicios y las virtudes, hoy nos detenemos en un vicio bastante feo, la tristeza, entendida como un abatimiento del ánimo, una aflicción constante que impide al ser humano experimentar alegría por su propia existencia.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><span style="font-family: inherit;">Ante todo, hay que señalar que, respecto a la tristeza, los Padres hacían una distinción importante. Hay, en efecto, una tristeza que conviene a de la vida cristiana, y que con la gracia de Dios se transforma en alegría: ésta, por supuesto, no debe rechazarse y forma parte del camino de conversión. Pero existe también un segundo tipo de tristeza que se insinúa en el alma y la postra en un estado de abatimiento: es este segundo tipo de tristeza el que hay que combatir resueltamente y con todas las fuerzas, porque procede del Maligno. Esta distinción la encontramos también en San Pablo, que cuando escribe a los Corintios dice lo siguiente: «La tristeza que proviene de Dios produce un arrepentimiento que lleva a la salvación y no se debe lamentar; en cambio, la tristeza del mundo produce la muerte.» (2 Cor 7,10).</span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Hay, entonces, una tristeza amiga que nos lleva a la salvación. Pensemos en el hijo pródigo de la parábola: cuando toca el fondo de su degeneración, experimenta una gran amargura, y esto le impulsa a recapacitar y a decidir volver a la casa paterna (cfr. Lc 15, 11-20). Es una gracia gemir por los propios pecados, recordar el estado de gracia del que hemos caído, llorar porque hemos perdido la pureza con la que Dios nos soñó.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Pero hay una segunda tristeza, que es una enfermedad del alma. Surge en el corazón humano cuando se desvanece un deseo o una esperanza. Aquí podemos referirnos al relato de los discípulos de Emaús. Aquellos dos discípulos salen de Jerusalén con el corazón desilusionado, y se confían al forastero, que en cierto momento los acompaña: «Nosotros esperábamos que fuera él – o sea, Jesús - quien librara a Israel.» (Lc 24,21). La dinámica de la tristeza está ligada a la experiencia de la pérdida. En el corazón del ser humano nacen esperanzas que a veces se ven defraudadas. Puede tratarse del deseo de poseer algo que no se puede conseguir, pero también de algo importante, como la pérdida de un afecto. Cuando esto sucede, es como si el corazón del ser humano cayera en un precipicio, y los sentimientos que experimenta son desánimo, debilidad de espíritu, depresión, angustia. Todos pasamos por pruebas que nos generan tristeza, porque la vida nos hace concebir sueños que luego se hacen añicos. En esta situación, algunos, tras un tiempo de agitación, se apoyan en la esperanza; pero otros se regodean en la melancolía, dejando que ésta se pudra en sus corazones. ¿Se siente placer en esto? Verán: la tristeza es como el placer del no-placer; es como tomar un caramelo amargo, sin azúcar, malo, y chupar ese caramelo. La tristeza es el placer del no-placer.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">El monje Evagrio explica que todos los vicios persiguen un placer, por efímero que sea, mientras que la tristeza disfruta de lo contrario: del adormecerse en una tristeza sin fin. Ciertos lutos prolongados, en los que una persona sigue agrandando el vacío de quien ya no está, no son propios de la vida en el Espíritu. Ciertas amarguras resentidas, en las que una persona tiene siempre en mente una reivindicación que le hace adoptar el papel de víctima, no producen en nosotros una vida sana, y menos aún cristiana. Hay algo en el pasado de todos que necesita ser sanado. La tristeza, de ser una emoción natural, puede convertirse en un estado de ánimo maligno.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Es un demonio taimado, el de la tristeza. Los padres del desierto la describían como un gusano del corazón, que roe y vacía a quien lo alberga. Esta imagen es buena, nos ayuda a comprender. Entonces, ¿Qué debo hacer cuando estoy triste? Detenerte y ver: ¿esta tristeza es buena? ¿No es una buena tristeza? Y reaccionar según la naturaleza de la tristeza. No se olviden de que la tristeza puede ser algo muy malo que nos lleva al pesimismo, nos lleva a un egoísmo que difícilmente se cura.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Hermanos y hermanas, debemos tener cuidado con esta tristeza y pensar que Jesús nos trae la alegría de la resurrección.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Por muy llena que esté la vida de contradicciones, de deseos incumplidos, de sueños no realizados, de amistades perdidas, gracias a la resurrección de Jesús podemos creer que todo se salvará. Jesús ha resucitado no sólo para sí mismo, sino también para nosotros, a fin de rescatar todas las felicidades que no se han realizado en nuestras vidas. La fe expulsa el miedo, y la resurrección de Cristo quita la tristeza como la piedra del sepulcro. Cada día del cristiano es un ejercicio de resurrección. Georges Bernanos, en su famosa novela Diario de un cura rural, hace decir al párroco de Torcy lo siguiente: "La Iglesia dispone de la alegría, de toda esa alegría que está reservada a este triste mundo. Lo que han hecho contra ella, lo han hecho contra la alegría". Y otro escritor francés, León Bloy, nos dejó esta maravillosa frase: "No hay más que una tristeza, [...] la de no ser santos". Que el Espíritu de Jesús resucitado nos ayude a vencer la tristeza con la santidad<br />.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">__________________</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><br /></p>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-4700989963153579342024-02-03T00:00:00.000-03:002024-02-03T00:00:00.128-03:00El Servicio como modo de Vivir<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUDGbtAF43qZTyykhNRtkRFlCgVeaU2W6c9Ib6CtY08iyGvJQdlWEpElm3SFma_KPfD0xLG0_o_FkAxIPviQyRDJNSb2dvLfCJ7vcWxyXW9YOqK71TmpNWEdMP_gsH6O9dCewBbA310SiUmxmIt6eQFamoEBxEddLNZty_62z_VykInAJkMKi2YEU64jE/s700/10468107_300308406814538_779899941702650917_n%20(1).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="525" data-original-width="700" height="287" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUDGbtAF43qZTyykhNRtkRFlCgVeaU2W6c9Ib6CtY08iyGvJQdlWEpElm3SFma_KPfD0xLG0_o_FkAxIPviQyRDJNSb2dvLfCJ7vcWxyXW9YOqK71TmpNWEdMP_gsH6O9dCewBbA310SiUmxmIt6eQFamoEBxEddLNZty_62z_VykInAJkMKi2YEU64jE/w383-h287/10468107_300308406814538_779899941702650917_n%20(1).jpg" width="383" /></a></div><br /> <span style="font-family: inherit;">Escrito por </span><b style="font-family: inherit;">Patricia Hevia -RSCJ-</b><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Encontramos
en la escena a una mujer enferma, la suegra de Simón Pedro… Postrada, con
fiebre, sin palabra propia, sin movimiento… Son otros los que interceden por
ella y los que hablan por ella a Jesús Y con ella Jesús va a hacer lo que hará
con otras mujeres a lo largo del Evangelio: acercarse, agarrarle de la mano y
levantarla.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Con la
vida transformada, esta mujer se pone a servir… pero no pensemos en un servicio
puntual o doméstico. El verbo que utiliza Marcos expresa un cambio profundo de
vida, una transformación: <i><b>el servicio como modo de vivir.</b></i> En presencia de Jesús
ella pasa de la postración a entregar la propia vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Quizá, a
veces tenemos la sensación de vivir en un mundo “postrado”. Señales de muerte
son evidentes por doquier. También en nosotros hay espacios postrados, sin vida
propia, que necesitan de la cercanía y de la caricia del Señor, para que
integrados, toda nuestra vida, puesta en pie, con la palabra propia que el
Señor nos regala, se transforme en diakonía como expresión total de nuestro ser
y nuestro hacer.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">El
Evangelio nos muestra también el horizonte: enfermos y endemoniados, hombres y
mujeres postrados, que han perdido la palabra o se la han arrebatado. Nuestro
corazón, sabedor de la herida, nos hace hombres y mujeres de compasión, capaces
de prolongar los gestos de Jesús.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">También
el Evangelio nos habla hoy de la fuente de la que mana todo ese amor y toda esa
energía: el Encuentro con Dios, cara a cara, con la vida expuesta y ofrecida.
Del Encuentro brotan los encuentros, y del silencio los gestos compasivos y
curativos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">¡Vayamos
a la Fuente del Amor primero! ¡Vayamos a dejar que el Amor nos ponga en pie
para servir! ¡Vayamos a tomar las manos de postrados y abatidos! Para eso hemos
salido, para eso hemos recibido la vida.</span></p>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-16529586378168005382024-01-27T14:33:00.000-03:002024-01-27T14:33:07.144-03:00Personas "tóxicas": el reto de no alejarse<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhh-_FNBuEMC6NhdU3boHIEX1Hco_TX-95tTIu-WGhX1MYEdQXi41sI-XC-7N7t9dFVbkmo-69msinL-AjtvPYOJbdab5YN1NsrQfj2WPXXtRuIq3WttegAuXYj-DennOn2JZS81AJYxuAgQwUBLsxhusiaQr-1MS1OAZfup_lBosq7UTJjv39z8ktJ1X4/s320/2oq5dp0nom_rs2pqemmykgqmothwivzivun7kjixsjkfhdzowfng6vyaop_aihrdoxtytl8zemw8iyediwjlxy9zyzlc-512x310.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="194" data-original-width="320" height="239" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhh-_FNBuEMC6NhdU3boHIEX1Hco_TX-95tTIu-WGhX1MYEdQXi41sI-XC-7N7t9dFVbkmo-69msinL-AjtvPYOJbdab5YN1NsrQfj2WPXXtRuIq3WttegAuXYj-DennOn2JZS81AJYxuAgQwUBLsxhusiaQr-1MS1OAZfup_lBosq7UTJjv39z8ktJ1X4/w394-h239/2oq5dp0nom_rs2pqemmykgqmothwivzivun7kjixsjkfhdzowfng6vyaop_aihrdoxtytl8zemw8iyediwjlxy9zyzlc-512x310.jpg" width="394" /></a></div><p>Escrito por el P. Carlos Padilla - Padres de Schoenstatt - Madrid-</p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit; text-align: justify;">Cualquiera de nosotros hubiese huido ante el endemoniado, cuestan la agresividad y los ataques, pero Jesús sabe que este hombre está atado</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Jesús comienza en Cafarnaúm su vida pública. Marcos, en este capítulo, nos cuenta un día de Jesús. El evangelio de hoy sólo relata un trozo de la mañana de ese sábado. Merece la pena seguir leyendo su día. Un día más. Un día cualquiera:</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">"En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaúm, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad" (Marcos 1,21-28).</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Jesús se fue a vivir a Cafarnaúm. Allí es donde hizo más milagros en su vida. Es un lugar lleno de vida al borde de un lago que parece un mar, donde el horizonte se vuelve inmenso. Un pueblo rodeado de montes verdes.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Jesús entra en la sinagoga. Es sábado. Mira al hombre. No la ley: "Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar: - ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios. Jesús lo increpó: - Cállate y sal de él. El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: - ¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen".</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Es sábado y no puede curar. Algunos le criticarán por eso. Otros se asombraron de su poder y de su fuerza, de su amor y de su compasión frente a alguien que era agresivo y poco abierto a Él. Porque aquel hombre endemoniado lo ataca, es violento, es agresivo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">A veces en la vida nos alejamos de las personas tóxicas, de aquellas que nos hacen daño con su violencia, con su dolor, con su agresividad y falta de paz. Y buscamos la paz lejos de ellos. Nos cuesta detenernos y abrazarlos en su dolor.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Cualquiera de nosotros hubiese huido ante el endemoniado. Me cuestan la agresividad y los ataques. Pero Jesús sabe que este hombre está atado. No es él el que habla. Todos se asombran de su poder. Por echar espíritus.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Yo me asombro de su amor. De su capacidad para compadecerse y no juzgar. Algunos se sorprenden de la misericordia de Dios y salen de la sinagoga transformados y conmovidos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Sin embargo, otros lo condenan porque lo hizo en sábado. No ven más allá. Están cerrados. Lo condenan porque no cumple la ley. Porque se quedan en un precepto sin mirar con compasión. No les importa el dolor del endemoniado. Prefieren cumplir una norma.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">A veces nosotros condenamos a los demás por la norma. No miramos a la persona. Miramos sólo la ley. Jesús mira el corazón.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">En otras ocasiones Jesús cura tocando, cuidando, mirando al otro. Hoy Jesús usa la palabra. Nadie le pide que lo cure. Pero Él se compadece y lo sana. Se conmueve ante un hombre que no logra ser quien es.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Jesús habla y actúa con autoridad. Hemos escuchado en la primera lectura: "Suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca, y les dirá lo que Yo le mande. A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, Yo le pediré cuentas". Ese profeta es Jesús y muchos no le escucharon. Muchos tampoco lo escuchan hoy.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Jesús habla con autoridad. Habla de un Dios que sana, que es misericordioso, y Él toca con amor las heridas de los enfermos y se conmueve. Ora y vive con su Padre, pero se deja invadir por los que le buscan. Por eso, cuando nos habla de un Dios que sale a buscarnos, son creíbles sus palabras.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Es verdad que el evangelio de hoy acaba diciendo que su fama se extendía por toda Galilea: «Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea». Y muchos se entusiasmaron con sus palabras y lo buscaban.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Hoy pidamos a Dios que nos enseñe a vivir como Él, de forma coherente. Aceptando lo que nos toca vivir con alegría. Mirando la realidad con paz, sintiendo que es lo que Dios nos regala para crecer en santidad, en amistad con Jesús.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Y con esta certeza en el corazón: Él siempre estará conmigo. Y su presencia es la que nos da autoridad.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"> Sus palabras en nuestra voz. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Su amor en nuestros gestos. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Su luz en nuestra mirada. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Su misericordia en nuestra compasión. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Que nuestro vivir sea como Él.</span></p><div><br /></div>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-69568729117152429802024-01-05T20:30:00.000-03:002024-01-05T20:43:14.330-03:00Hoy vendrán de oriente y de occidente, cercanos y lejanos, pidiendo “ver al Niño”...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNOw0XkRfvXJk-4XVjpv3VX16RDDvDO26hZeknb98aMg0-I3Re9ntXDOe3-HfgMYZW_rd9WJQSkkWmCOJZoUPAfXR7brimON6fRXXxaRrNvtnFspphpcLjCjaAF6kqvwtzS9eyS6LbM7k/s1600/magos%257D.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="419" data-original-width="430" height="389" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNOw0XkRfvXJk-4XVjpv3VX16RDDvDO26hZeknb98aMg0-I3Re9ntXDOe3-HfgMYZW_rd9WJQSkkWmCOJZoUPAfXR7brimON6fRXXxaRrNvtnFspphpcLjCjaAF6kqvwtzS9eyS6LbM7k/s400/magos%257D.jpg" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Escrito por Javier Albisu</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Hoy vendrán de oriente y de occidente, cercanos y lejanos, pidiendo “ver al Niño”, y ¿qué les mostraremos? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Tal vez, sólo tengamos para mostrar las manos como cuna, sosteniendo la fragilidad de los que nos fueron puestos allí. De los que, torpe pero firmemente intentamos apesebrar, en su pobreza, en su fragilidad, en su duelo u orfandad. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Tal vez, sólo podamos mostrar el corazón abierto cual pañal, dispuesto a cubrir y contener la frescura de las cosas más pequeñas, de los gestos más pequeños, de las personas más pequeñas; para que no se pierdan, para que no se olviden, para que no pasen de largo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Tal vez, sólo sea que lleguemos a poder mostrar el calor que juntamos para alentar esperanzas recién nacidas; apalear el frío de las que están a la intemperie; alentar los intentos del que aprende y se equivoca; o cortar el hielo de diálogos que de tan fríos, ni siquiera se intentan. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Tal vez, sólo alcancemos a mostrar el reparo de nuestro pobre pesebre de gestos y palabras para que La Palabra nazca en nuestra Carne; para que no siga “buscando lugar donde nacer”; para que no se vuelva descorazonada “porque no había lugar para ella”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">No sé si podremos mostrar al Niño, mas sí sé todo lo que este Niño nos muestra. Y tal vez, (¡quién dice!) no sea éste el modo como mejor se quiera mostrar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Javier José Albisu</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-69493337294533645402023-12-10T08:34:00.000-03:002023-12-10T08:45:54.146-03:00 Para poder Preparar el Camino al Señor, Primero debemos Atrevemos a Salir al propio Desierto...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12pt; text-align: left;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGvb8PVv8RNAmyDl9fH3BtNGbInEV_J2K8SZZosgrcrJx7_iapEsGPYbr1cEkvFEwG7IcCUHzMVUbGheaSmOBT4JistopYT2JDdubpmO5pM2ktmDJ_ZMsYb5K8sTy4oozmO16EFwe_xaQ/s1600/1661644_10151958735331741_3263452433513067684_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="409" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGvb8PVv8RNAmyDl9fH3BtNGbInEV_J2K8SZZosgrcrJx7_iapEsGPYbr1cEkvFEwG7IcCUHzMVUbGheaSmOBT4JistopYT2JDdubpmO5pM2ktmDJ_ZMsYb5K8sTy4oozmO16EFwe_xaQ/s1600/1661644_10151958735331741_3263452433513067684_n.jpg" width="640" /></a></div>
<span style="font-family: inherit; text-align: justify;">Escrito por Ansel
Grüm</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">El Adviento nos promete que nuestro desierto será
transformado y empezará a florecer. Hablamos del desierto de hormigón de
nuestras ciudades, del desierto de los corazones humanos.El desierto es una
imagen de la soledad, el abandono, la falta de sentido, la carencia de
relacióny el vacío. Estamos sin hogar, y hay en nosotros fuerzas salvajes e
indómitas que hacen parecer feo nuestro rostro. El desierto es el lugar donde
nos vemos inexorablemente enfrentados cara a cara con nosotros mismos y con
nuestra desagradable realidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"> Para poder preparar el camino al Señor,
primero debemos atrevemos a salir al propio desierto. Es en el desierto de
nuestro corazón donde tenemos que prepararle el camino. Debemos mirar todo
cuanto de reprimido, de encubierto, de indefinido ... hay en nosotros, y
ponerlo ante Dios. Precisamente ahí quiere Dios venir a nosotros, no en las
avenidas de nuestro éxito y nuestros logros. A nosotros nos gustaría
encontramos con Dios fuera de nosotros, en edificantes celebraciones litúrgicas,
en la comunidad de personas afines. Pero Dios quiere salimos al encuentro
precisamente en nuestro desierto, donde desea hallamos para celebrar con
nosotros la fiesta de la redención, para hacerse uno con nosotros y transformar
todo cuanto hay en nosotros. Sólo cuando dejamos entrar a Dios en nuestro
desierto, puede hacerse realidad lo que nos promete Isaías en los textos que se
leen en este tiempo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"> El Adviento nos promete que en
nuestro desierto podemos encontrar una fuente de la que beber. El desierto no
es sólo el lugar del vacío y la falta de sentido, de la tentación y la
seducción, sino también el lugar de la experiencia de Dios y del encuentro con
Dios. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"> En el tiempo de Adviento podemos
reunir el valor necesario para entrar en nuestro desierto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"> Allí hemos de
experimentar que Dios está cerca de nosotros, que nos lleva en sus manos en
nuestros momentos de soledad. Lo mismo que a Elías, que se deseó la muerte en
el desierto, Dios envía a cada uno su ángel. En medio del desierto
experimentamos a Dios como aquel que nos aguarda. La consoladora promesa del
Adviento nos asegura que al final de la experiencia del desierto se encuentra
la alegría.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-top: 12pt; text-align: right;">
<span style="font-family: inherit;"> Texto seleccionado de “La alegría de la Navidad”. <span lang="EN-US">Anselm GRÜM, O.S.B. </span></span></div>
ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-19762829618102808782023-11-26T01:23:00.000-03:002023-11-26T01:23:28.042-03:00Fiesta de Cristo Rey : "Las cosas decisivas son “las pequeñas cosas” de cada día..."<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPzszcIBkVovDUcjZCtL9RVhoF4yiXoesL6AWi0SS5Nqn-EqKi9e7GHgHggSAwRIcm3fc1q6ZPXdFA7hVlfNal0zEtTh8rKosc-U4_82CyP_UO2G4mYrkuiAOLOSBE7q1f38Imd2twFQjByzHW-U4SNHOYthr9ZJi93qKexmLxU8qcD7iXsbjN9tBhI_8/s2048/13.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="2048" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPzszcIBkVovDUcjZCtL9RVhoF4yiXoesL6AWi0SS5Nqn-EqKi9e7GHgHggSAwRIcm3fc1q6ZPXdFA7hVlfNal0zEtTh8rKosc-U4_82CyP_UO2G4mYrkuiAOLOSBE7q1f38Imd2twFQjByzHW-U4SNHOYthr9ZJi93qKexmLxU8qcD7iXsbjN9tBhI_8/s320/13.jpg" width="320" /></a></div><p style="text-align: justify;">Escrito por + Diego Fares, sj </p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">El fin del año nos pone ante los ojos del corazón “las cosas últimas”, las decisivas.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Lo último será un acontecimiento personal.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">El universo no terminará con una gran catástrofe ni con un apagamiento sino “Cuando Jesús venga en su gloria… </span><span style="font-family: inherit;">y se siente en su trono de gloria”.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Y los jueces serán los “pequeñísimos”, los que tuvieron hambre, los que tuvieron sed, </span><span style="font-family: inherit;">los que vivieron en situación de calle, con ropa vieja y rota, enfermos y presos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Es una imagen fuerte que a muchos oídos no les suena bien y les cae como una patada al hígado. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Pero hay imágenes peores. Imágenes destructiva que vienen como un virus informático escondidas en imágenes que nos gustan.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Alguno pensará que nos queda grande imaginar el fin del universo, pero hay que animarse!, </span><span style="font-family: inherit;">porque la imagen última modifica toda la película y es la que da sentido a toda la historia.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Y, como en todo drama, son importantes los detalles.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">En la parábola del juicio final Jesús une su gloria –su manifestación clara y esplendorosa- con su “no brillo”, </span><span style="font-family: inherit;">con su escondimiento en la persona de los más pobres de este mundo. </span><span style="font-family: inherit;">Es una forma de hacernos valorar los gestos que tuvimos para con los más pequeños.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">La venida misericordiosa de Jesús, justo juez del universo, </span><span style="font-family: inherit;">para el que no cree que “lo que hicimos al más pequeñito </span><span style="font-family: inherit;">Jesús dice “Elajistos”, que es el diminutivo de “micrós” (pequeño) y significa pequeñísimo, </span><span style="font-family: inherit;">el más pequeño, el insignificante, el casi nada),para el que no cree que se lo hicimos a Él, </span><span style="font-family: inherit;">para el que vive buscando la gloria mundana, </span>quizás<span style="font-family: inherit;"> pueda descubrir que la clave está en la pequeñez. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Y es justamente la pequeñez, la insignificancia, lo que valoriza Jesús: </span><span style="font-family: inherit;">mi hermanito pequeñísimo, ese que es nada de nada, pobrecito e insignificante al que ayudaste: ese era yo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">El Dios glorioso viene a reivindicar su universo por lo más pequeño. </span><span style="font-family: inherit;">Y no juzgará ideas sino prácticas: lo que hiciste. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Prácticas de todos los días, prácticas de madre que da de comer, de casa que cuida a los enfermos, </span><span style="font-family: inherit;">de hogar que hospeda a los más pobres…</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><i><br />Las cosas decisivas son “las pequeñas cosas” de cada día:</i> allí se juega el drama del universo, </span><span style="font-family: inherit;">allí se decide si de verdad estamos esperando que Jesús venga...</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Los pobres serán nuestros jueces.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Esa es la imagen decisiva concreta. No podemos imaginar a Jesús viniendo en gloria. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Gracias a Dios nadie puede arruinar la belleza del final de la película y nos espera algo que ni ojo vio ni oído oyó. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Contra un mundo que se precia de haberlo visto todo, el Señor es un Dios que prepara sorpresas.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">No podemos imaginar el fin pero sí podemos mirar (no tenemos que “imaginar”) a los pobres </span><span style="font-family: inherit;">y dejar que nos pese en el corazón esta imagen: serán nuestros jueces. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Si alguien podrá salvarnos cuando el Juez nos diga “tuve hambre y no me diste de comer” </span><span style="font-family: inherit;">será alguno de los más pobres que tendrá autoridad para decirle a nuestro Señor: </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">“Perdón, Señor, si te contradigo, pero este sí ayudó, al menos a mí me ayudó”.</span></p>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-4996746574334018632023-10-04T16:15:00.003-03:002023-10-04T18:21:13.094-03:00Exhortación Apostolica LAUDATE DEUM <p style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiFQkAzVq3vEPTYFzKnY1x0N1u4Wt9LAJpLMCXVS6rP_wsxBnWpZK2SFnwlWzSDLJVMSdsryScp9-GtigLelcq-H1HfvdLYbM-Kw8V9IO08B-ojMdCUkUs_FX0i6LyuBEiLaDSiRgJK3_sXqkTguQhtnOiKCoAwWvt7x94K_cXBrZVkimZFoExB125JPM/s1280/cq5dam.web.1280.1280.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="489" data-original-width="1280" height="193" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiFQkAzVq3vEPTYFzKnY1x0N1u4Wt9LAJpLMCXVS6rP_wsxBnWpZK2SFnwlWzSDLJVMSdsryScp9-GtigLelcq-H1HfvdLYbM-Kw8V9IO08B-ojMdCUkUs_FX0i6LyuBEiLaDSiRgJK3_sXqkTguQhtnOiKCoAwWvt7x94K_cXBrZVkimZFoExB125JPM/w506-h193/cq5dam.web.1280.1280.jpeg" width="506" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div> EXHORTACIÓN APOSTOLICA LAUDATE DEUM<p></p><p style="text-align: center;">DEL SANTO PADRE FRANCISCO</p><p style="text-align: center;"> A TODAS LAS PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD<br /></p><p style="text-align: center;"> SOBRE LA CRISIS CLIMÁTICA</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: justify;">1. «Alaben a Dios por todas sus criaturas». Esta era la invitación que hacía san Francisco de Asís con su vida, con sus cánticos, con sus gestos. Así recogía la propuesta de los salmos de la Biblia y reproducía la sensibilidad de Jesús ante las criaturas de su Padre: «Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos» (Mt 6,28-29). «¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos» (Lc 12,6). ¡Cómo no admirar esta ternura de Jesús ante todos los seres que nos acompañan en el camino!</p><p style="text-align: justify;">2. Han pasado ya ocho años desde que publiqué la Carta encíclica Laudato si’, cuando quise compartir con todos ustedes, hermanas y hermanos de nuestro sufrido planeta, mis más sentidas preocupaciones sobre el cuidado de la casa común. Pero con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre. Más allá de esta posibilidad, es indudable que el impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas. Sentiremos sus efectos en los ámbitos de la salud, las fuentes de trabajo, el acceso a los recursos, la vivienda, las migraciones forzadas, etc.</p><p style="text-align: justify;">3. Es un problema social global que está íntimamente relacionado con la dignidad de la vida humana. Los obispos de Estados Unidos manifestaron muy bien el sentido social de nuestra preocupación por el cambio climático que va más allá de un planteo meramente ecológico, porque «nuestro cuidado mutuo y nuestro cuidado de la tierra están íntimamente unidos. El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial. Los efectos del cambio climático son soportados por las personas más vulnerables, ya sea en casa o en todo el mundo». [1] En pocas palabras lo dijeron también los obispos en el Sínodo para la Amazonia: «Los atentados contra la naturaleza tienen consecuencias contra la vida de los pueblos». [2] Y para expresar de modo contundente que ya no se trata de una cuestión secundaria o ideológica sino de un drama que nos daña a todos, los obispos africanos afirmaron que el cambio climático pone de manifiesto «un impactante ejemplo de pecado estructural». [3]</p><p style="text-align: justify;">4. La reflexión y la información que podemos recoger de estos últimos ocho años, nos permite precisar y completar lo que podíamos afirmar tiempo atrás. Por esta razón, y porque la situación se vuelve más imperiosa todavía, he querido compartir con ustedes estas páginas.</p><p style="text-align: justify;">1. La crisis climática global</p><p style="text-align: justify;">5. Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes. Nadie puede ignorar que en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra que son sólo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos. Es verdad que no cabe atribuir de modo habitual cada catástrofe concreta al cambio climático global. Sin embargo, sí es verificable que determinados cambios en el clima provocados por la humanidad aumentan notablemente la probabilidad de fenómenos extremos cada vez más frecuentes e intensos. Por eso sabemos que cada vez que aumente la temperatura global en 0,5 grados centígrados, aumentarán también la intensidad y la frecuencia de grandes lluvias y aluviones en algunas zonas, sequías severas en otras, calores extremos en ciertas regiones y grandes nevadas en otras. [4] Si hasta ahora podíamos tener olas de calor algunas veces al año, ¿qué pasaría con un aumento de la temperatura global de 1,5 grados centígrados, del cual estamos cerca? Esas olas de calor serán mucho más frecuentes y con mayor intensidad. Si llega a superar los 2 grados, se derretirían totalmente las capas de hielo de Groenlandia y de buena parte de la Antártida, [5] con enormes y gravísimas consecuencias para todos.</p><p style="text-align: justify;">Resistencias y confusiones</p><p style="text-align: justify;">6. En los últimos años no han faltado personas que pretendieron burlarse de esta constatación. Mencionan supuestos datos científicamente sólidos, como el hecho de que el planeta siempre tuvo y tendrá períodos de enfriamiento y de calentamiento. Olvidan mencionar otro dato relevante: que lo que estamos verificando ahora es una inusual aceleración del calentamiento, con una velocidad tal que basta una sola generación —no siglos ni milenios— para constatarlo. El aumento del nivel del mar y el derretimiento de los glaciares pueden ser fácilmente percibidos por una persona a lo largo de su vida, y probablemente en pocos años muchas poblaciones deberán trasladar sus hogares a causa de estos hechos.</p><p style="text-align: justify;">7. Para ridiculizar a quienes hablan del calentamiento global, se acude al hecho de que suelen verificarse fríos también extremos. Se olvida que éste y otros síntomas extraordinarios no son más que diversas expresiones alternativas de la misma causa: el desajuste global que provoca el calentamiento del planeta. Tanto las sequías como las inundaciones, tanto los lagos que se secan como las poblaciones arrasadas por maremotos o desbordes, tienen en definitiva el mismo origen. Por otra parte, si hablamos de un fenómeno global no podemos confundirlo con eventos transitorios y cambiantes, que se explican en buena parte por factores locales.</p><p style="text-align: justify;">8. La falta de información lleva a confundir las grandes proyecciones climáticas que suponen períodos largos —hablamos al menos de décadas— con las previsiones meteorológicas que a lo sumo pueden abarcar algunas semanas. Cuando hablamos del cambio climático nos referimos a una realidad global —con constantes variaciones locales— que persiste durante varias décadas.</p><p style="text-align: justify;">9. Con la pretensión de simplificar la realidad, no faltan quienes responsabilizan a los pobres porque tienen muchos hijos y hasta pretenden resolverlo mutilando a las mujeres de países menos desarrollados. Como siempre, pareciera que la culpa es de los pobres. Pero la realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial, y que la emisión per cápita de los países más ricos es muchas veces mayor que la de los más pobres. [6] ¿Cómo olvidar que África, que alberga más de la mitad de los más pobres del planeta, es responsable de una mínima parte de las emisiones históricas?</p><p style="text-align: justify;">10. También suele decirse que los esfuerzos por mitigar el cambio climático, reduciendo el uso de combustibles fósiles y desarrollando formas de energía más limpias, provocará una reducción de los puestos de trabajo. Lo que ocurre es que millones de personas pierden su empleo debido a las diversas consecuencias del cambio climático: tanto el aumento del nivel del mar como las sequías y muchos otros fenómenos que afectan al planeta, han dejado a mucha gente a la deriva. Por otra parte, la transición hacia formas renovables de energía, bien gestionada, así como todos los esfuerzos de adaptación a los daños del cambio climático, son capaces de generar innumerables puestos de trabajo en diferentes sectores. Esto requiere que los políticos y empresarios estén ahora mismo ocupándose de ello.</p><p style="text-align: justify;">Las causas humanas</p><p style="text-align: justify;">11. Ya no se puede dudar del origen humano —“antrópico”— del cambio climático. Veamos por qué. La concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, que por ese efecto provocan el calentamiento de la tierra, se mantuvo estable hasta el siglo XIX, por debajo de las 300 partes por millón en volumen. Pero a mediados de ese siglo, en coincidencia con el desarrollo industrial, comenzaron a crecer las emisiones. En los últimos cincuenta años el aumento se aceleró notablemente, como lo ha certificado el observatorio de Mauna Loa, que toma medidas diarias de dióxido de carbono desde el año 1958. Mientras escribía la Laudato si’ se alcanzó el máximo de la historia —400 partes por millón— hasta llegar en junio de 2023 a las 423 partes por millón. [7] Más del 42% del total de las emisiones netas a partir del año 1850 se produjeron después de 1990. [8]</p><p style="text-align: justify;">12. Al mismo tiempo verificamos que en los últimos cincuenta años la temperatura aumentó con una velocidad inédita, sin precedentes en los últimos dos mil años. En este período la tendencia fue de un calentamiento de 0,15 grados centígrados por década, el doble de lo ocurrido en los últimos 150 años. Desde 1850 hasta hoy la temperatura global aumentó 1,1 grados centígrados, fenómeno que se amplifica en las áreas polares. A este ritmo, es posible que en diez años alcanzaremos el límite máximo global deseable de 1,5 grados centígrados. [9] El aumento no se dio sólo en la superficie terrestre, sino también en varios kilómetros hacia arriba en la atmósfera, en la superficie de los océanos y aun en profundidades por cientos de metros. Así se incrementó además la acidificación de los mares y se redujeron sus niveles de oxígeno. Los glaciares se retraen, disminuye la cobertura nevosa y sube constantemente el nivel del mar. [10]</p><p style="text-align: justify;">13. No es posible ocultar la coincidencia de estos fenómenos climáticos globales con el crecimiento acelerado de la emisión de gases de efecto invernadero sobre todo desde mediados del siglo XX. Una abrumadora mayoría de científicos especializados en clima sostienen esta correlación y sólo un ínfimo porcentaje de ellos intenta negar esta evidencia. Lamentablemente la crisis climática no es precisamente un asunto que interese a los grandes poderes económicos, preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y en el tiempo más corto que se pueda.</p><p style="text-align: justify;">14. Me veo obligado a hacer estas precisiones, que pueden parecer obvias, debido a ciertas opiniones despectivas y poco racionales que encuentro incluso dentro de la Iglesia católica. Pero ya no podemos dudar de que la razón de la inusual velocidad de estos peligrosos cambios es un hecho inocultable: las enormes novedades que tienen que ver con la desbocada intervención humana sobre la naturaleza en los dos últimos siglos. Los elementos de origen natural que suelen provocar calentamiento, como las erupciones volcánicas y otros, son insuficientes para explicar la proporción y la velocidad de los cambios de las últimas décadas. [11] La evolución de las temperaturas medias superficiales no se sostiene sin el efecto del aumento de los gases de efecto invernadero.</p><p style="text-align: justify;">Daños y riesgos</p><p style="text-align: justify;">15. Algunas manifestaciones de esta crisis climática ya son irreversibles al menos por cientos de años, como el aumento de la temperatura global de los océanos, su acidificación y disminución de oxígeno. Las aguas oceánicas tienen una inercia térmica y se requieren siglos para normalizar la temperatura y la salinidad, lo cual afecta la supervivencia de muchas especies. Este es un signo entre tantos otros de que las demás criaturas de este mundo han dejado de ser compañeros de camino para convertirse en nuestras víctimas.</p><p style="text-align: justify;">16. Lo mismo hay que decir del proceso que lleva a la disminución del hielo continental. El derretimiento de los polos no podrá revertirse por cientos de años. En lo que respecta al clima, hay factores que siguen adelante durante mucho tiempo, independientemente de los hechos que los hayan desencadenado. Por esta razón, ya no podemos detener el enorme daño que hemos causado. Sólo estamos a tiempo para evitar daños todavía más dramáticos.</p><p style="text-align: justify;">17. Ciertos diagnósticos apocalípticos suelen parecer poco racionales o insuficientemente fundados. Esto no debería llevarnos a ignorar que la posibilidad de llegar a un punto crítico es real. Pequeños cambios pueden provocar cambios mayores, imprevistos y quizás ya irreversibles, debido a los factores de inercia. Así se terminaría desencadenando una cascada de acontecimientos que se precipiten como una bola de nieve. En un caso así siempre se llegará tarde, porque ninguna intervención podrá detener el proceso ya iniciado. De allí no se regresa. No podemos afirmar con certeza que en las condiciones actuales esto vaya a suceder. Sí es seguro que no deja de ser una posibilidad si tenemos en cuenta fenómenos ya en curso que “sensibilizan” al clima, como la disminución de los hielos, las modificaciones de flujos oceánicos, la deforestación en las selvas tropicales, el derretimiento del permafrost en Rusia, etc. [12]</p><p style="text-align: justify;">18. Por consiguiente, urge una mirada más amplia que nos permita no sólo admirarnos por las maravillas del progreso, sino también es apremiante prestar atención a otros efectos que probablemente ni siquiera podían imaginarse un siglo atrás. Se nos pide nada más que algo de responsabilidad ante la herencia que dejaremos tras nuestro paso por este mundo.</p><p style="text-align: justify;">19. Finalmente podemos agregar que la pandemia del covid-19 ha constatado la estrecha relación de la vida humana con la de otros seres vivientes y con el medio ambiente. Pero en especial ha confirmado que lo que ocurre en cualquier lugar del mundo tiene repercusiones en todo el planeta. Esto me permite repetir dos convicciones en las cuales insisto hasta el cansancio: “todo está conectado” y “nadie se salva solo”.</p><p style="text-align: justify;">2. Más paradigma tecnocrático</p><p style="text-align: justify;">20. En Laudato si’ ofrecí un breve desarrollo acerca del paradigma tecnocrático que está detrás del proceso actual de degradación del ambiente. Es «un modo de entender la vida y la acción humana que se ha desviado y que contradice la realidad hasta dañarla». [13] En el fondo consiste en pensar «como si la realidad, el bien y la verdad brotaran espontáneamente del mismo poder tecnológico y económico». [14] Como lógica consecuencia, «de aquí se pasa fácilmente a la idea de un crecimiento infinito o ilimitado, que ha entusiasmado tanto a economistas, financistas y tecnólogos». [15]</p><p style="text-align: justify;">21. Durante los últimos años hemos podido confirmar este diagnóstico al mismo tiempo que hemos asistido a un nuevo avance de dicho paradigma. La inteligencia artificial y las últimas novedades tecnológicas parten de la idea de un ser humano sin límite alguno, cuyas capacidades y posibilidades podrían ser ampliadas hasta el infinito gracias a la tecnología. Así, el paradigma tecnocrático se retroalimenta monstruosamente.</p><p style="text-align: justify;">22. Sin duda no son ilimitados los recursos naturales que requiere la tecnología, como el litio, el silicio y tantos otros, pero el mayor problema es la ideología que subyace a una obsesión: acrecentar el poder humano más allá de lo imaginable, frente al cual la realidad no humana es un mero recurso a su servicio. Todo lo que existe deja de ser un don que se agradece, se valora y se cuida, y se convierte en un esclavo, en víctima de cualquier capricho de la mente humana y sus capacidades.</p><p style="text-align: justify;">23. Provoca escalofríos advertir que las capacidades ampliadas por la tecnología «dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero. Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo […]. ¿En manos de quiénes está y puede llegar a estar tanto poder? Es tremendamente riesgoso que resida en una pequeña parte de la humanidad». [16]</p><p style="text-align: justify;">Repensar nuestro uso del poder</p><p style="text-align: justify;">24. No todo aumento de poder es un progreso para la humanidad. Basta pensar en las tecnologías “admirables” que fueron utilizadas para diezmar poblaciones, lanzar bombas atómicas, aniquilar etnias. Fueron momentos históricos donde la admiración ante el progreso no dejaba ver lo horroroso de sus efectos. Pero este riesgo está siempre presente, porque «el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia […]. Está desnudo y expuesto frente a su propio poder, que sigue creciendo, sin tener los elementos para controlarlo. Puede disponer de mecanismos superficiales, pero podemos sostener que le falta una ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo limiten y lo contengan en una lúcida abnegación». [17] No es extraño que un poder tan grande en semejantes manos sea capaz de arrasar con la vida, mientras la matriz de pensamiento propia del paradigma tecnocrático nos enceguece y no nos permite advertir este gravísimo problema de la humanidad actual.</p><p style="text-align: justify;">25. En contra de este paradigma tecnocrático decimos que el mundo que nos rodea no es un objeto de aprovechamiento, de uso desenfrenado, de ambición ilimitada. Ni siquiera podemos decir que la naturaleza es un mero “marco” donde desarrollamos nuestra vida y nuestros proyectos, porque «estamos incluidos en ella, somos parte de ella y estamos interpenetrados», [18] de manera que «el mundo no se contempla desde fuera sino desde dentro». [19]</p><p style="text-align: justify;">26. Esto mismo excluye la idea de que el ser humano sea un extraño, un factor externo sólo capaz de dañar el ambiente. Debe ser considerado como parte de la naturaleza. La vida humana, la inteligencia y la libertad integran la naturaleza que enriquece a nuestro planeta y son parte de sus fuerzas internas y de su equilibrio.</p><p style="text-align: justify;">27. Por eso un ambiente sano también es producto de la interacción del ser humano con el ambiente, como ocurre en las culturas indígenas y como ha ocurrido durante siglos en distintas regiones de la tierra. Los grupos humanos muchas veces han “creado” ambiente, [20] lo han remodelado de alguna manera sin destruirlo ni ponerlo en peligro. El gran problema actual es que el paradigma tecnocrático ha destrozado esta sana y armónica relación. De todos modos, la indispensable superación de ese paradigma tan dañino y destructivo no se encontrará en una negación del ser humano, sino que incluye la interacción de los sistemas naturales «con los sistemas sociales». [21]</p><p style="text-align: justify;">28. Necesitamos repensar entre todos la cuestión del poder humano, cuál es su sentido, cuáles son sus límites. Porque nuestro poder ha aumentado frenéticamente en pocas décadas. Hemos hecho impresionantes y asombrosos progresos tecnológicos, y no advertimos que al mismo tiempo nos convertimos en seres altamente peligrosos, capaces de poner en riesgo la vida de muchos seres y nuestra propia supervivencia. Cabe repetir hoy la ironía de Soloviev: «Un siglo tan avanzado que era también el último». [22] Hace falta lucidez y honestidad para reconocer a tiempo que nuestro poder y el progreso que generamos se vuelven contra nosotros mismos. [23]</p><p style="text-align: justify;">El aguijón ético</p><p style="text-align: justify;">29. La decadencia ética del poder real se disfraza gracias al marketing y la información falsa, mecanismos útiles en manos de quienes tienen mayores recursos para incidir en la opinión pública a través de ellos. Con la ayuda de estos mecanismos, cuando se piensa iniciar un emprendimiento con fuerte intervención sobre el ambiente y altos efectos contaminantes, se ilusiona a los pobladores de la zona hablando del progreso local que podrá generarse o de las posibilidades económicas, laborales y de promoción humana que esto significará para sus hijos. Pero en realidad no parece interesarles de verdad el futuro de estas personas, porque no se les dice con claridad que detrás de ese emprendimiento quedarían una tierra arrasada; unas condiciones mucho más desfavorables para vivir y prosperar; una región desolada, menos habitable, sin vida y sin la alegría de la convivencia y de la esperanza; además del daño global que termina perjudicando a muchos más.</p><p style="text-align: justify;">30. Basta pensar en el efímero entusiasmo del dinero que se recibió a cambio de depositar en un lugar residuos nucleares. La casa que se pudo comprar con ese dinero se convirtió en una tumba a causa de las enfermedades que se desencadenaron. Y no hablo movido por una imaginación desbordada sino a partir de algo que hemos vivido. Podría decirse que se trata de un ejemplo extremo, pero no cabe hablar aquí de daños “menores”, porque es precisamente la sumatoria de muchos daños que se consideran tolerables lo que termina llevándonos a la situación en la que ahora nos encontramos.</p><p style="text-align: justify;">31. Esta situación no tiene que ver sólo con la física o la biología, sino también con la economía y nuestro modo de concebirla. La lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias, vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad. En los últimos años podemos advertir que, aturdidos y extasiados frente a las promesas de tantos falsos profetas, a veces los mismos pobres caen en el engaño de un mundo que no se construye para ellos.</p><p style="text-align: justify;">32. Se desarrollan planteos equivocados en torno a la llamada “meritocracia”, convertida en un “merecido” poder humano al que todo debe someterse, en un dominio de los que nacieron con mejores condiciones de desarrollo. Una cosa es un sano planteo sobre el valor del esfuerzo, el desarrollo de las propias capacidades y un loable espíritu de iniciativa, pero si no se busca una real igualdad de oportunidades esto se convierte fácilmente en una pantalla que consolida más aún los privilegios de unos pocos con mayor poder. Dentro de esta lógica perversa, ¿qué les importa el daño a la casa común si ellos se sienten seguros bajo la supuesta armadura de los recursos económicos que han conseguido con su capacidad y con su esfuerzo?</p><p style="text-align: justify;">33. En la propia conciencia, y ante el rostro de los hijos que pagarán el daño de sus acciones, aparece la pregunta por el sentido: ¿qué sentido tiene mi vida, qué sentido tiene mi paso por esta tierra, qué sentido tienen, en definitiva, mi trabajo y mi esfuerzo?</p><p style="text-align: justify;">3. La debilidad de la política internacional</p><p style="text-align: justify;">34. Si bien «la historia da muestras de estar volviendo atrás […] cada generación ha de hacer suyas las luchas y los logros de las generaciones pasadas y llevarlas a metas más altas aún. Es el camino. El bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día». [24] Para que haya avances sólidos y duraderos, me permito insistir que «deben ser favorecidos los acuerdos multilaterales entre los Estados». [25]</p><p style="text-align: justify;">35. No es conveniente confundir el multilateralismo con una autoridad mundial concentrada en una persona o en una élite con excesivo poder: «Cuando se habla de la posibilidad de alguna forma de autoridad mundial regulada por el derecho no necesariamente debe pensarse en una autoridad personal». [26] Hablemos sobre todo de «organizaciones mundiales más eficaces, dotadas de autoridad para asegurar el bien común mundial, la erradicación del hambre y la miseria, y la defensa cierta de los derechos humanos elementales». [27] La cuestión es que deben estar dotadas de autoridad real de manera que se pueda “asegurar” el cumplimiento de algunos objetivos irrenunciables. De este modo se daría lugar a un multilateralismo que no dependa de las circunstancias políticas cambiantes o de los intereses de unos pocos y que tenga una eficacia estable.</p><p style="text-align: justify;">36. Sigue siendo lamentable que las crisis mundiales sean desaprovechadas cuando serían la ocasión para provocar cambios saludables. [28] Es lo que ocurrió en la crisis financiera de 2007-2008 y ha vuelto a ocurrir en la crisis del covid-19. Porque «las verdaderas estrategias que se desarrollaron posteriormente en el mundo se orientaron a más individualismo, a más desintegración, a más libertad para los verdaderos poderosos que siempre encuentran la manera de salir indemnes». [29]</p><p style="text-align: justify;">Reconfigurar el multilateralismo</p><p style="text-align: justify;">37. Más que salvar el viejo multilateralismo, parece que el desafío actual está en reconfigurarlo y recrearlo teniendo en cuenta la nueva situación mundial. Los invito a reconocer que «tantas agrupaciones y organizaciones de la sociedad civil ayudan a paliar las debilidades de la Comunidad internacional, su falta de coordinación en situaciones complejas, su falta de atención frente a derechos humanos». [30] Por ejemplo, el proceso de Ottawa contra el uso, producción y manufactura de las minas antipersonales es un ejemplo que muestra cómo la sociedad civil con sus organizaciones es capaz de crear dinámicas eficientes que las Naciones Unidas no logran. De este modo, se aplica el principio de subsidiariedad también a la relación mundial-local.</p><p style="text-align: justify;">38. A mediano plazo, la globalización favorece intercambios culturales espontáneos, mayor conocimiento mutuo y caminos de integración de las poblaciones que terminen provocando un multilateralismo “desde abajo” y no simplemente decidido por las élites del poder. Las exigencias que brotan desde abajo en todo el mundo, donde luchadores de los más diversos países se ayudan y se acompañan, pueden terminar presionando a los factores de poder. Es de esperar que esto ocurra con respecto a la crisis climática. Por eso reitero que «si los ciudadanos no controlan al poder político —nacional, regional y municipal—, tampoco es posible un control de los daños ambientales». [31]</p><p style="text-align: justify;">39. La cultura posmoderna generó una nueva sensibilidad hacia los que son más débiles y menos dotados de poder. Esto se conecta con mi insistencia en la Carta encíclica Fratelli tutti sobre el primado de la persona humana y la defensa de su dignidad más allá de toda circunstancia. Es otro modo de invitar al multilateralismo en orden a resolver los problemas reales de la humanidad, procurando ante todo el respeto a la dignidad de las personas de manera que la ética prime por sobre las conveniencias locales o circunstanciales.</p><p style="text-align: justify;">40. No se trata de reemplazar a la política, porque por otro lado las potencias emergentes se vuelven cada vez más relevantes y de hecho son capaces de obtener resultados importantes en la resolución de problemas concretos, como algunas de ellas han demostrado en la pandemia. Precisamente el hecho de que las respuestas a los problemas puedan venir de cualquier país, aunque sea pequeño, termina presentando al multilateralismo como un camino inevitable.</p><p style="text-align: justify;">41. La vieja diplomacia, también en crisis, sigue mostrando su importancia y su necesidad. Todavía no ha logrado generar un modelo de diplomacia multilateral que responda a la nueva configuración del mundo, pero, si sabe reconfigurarse, debe ser parte de la solución, porque la experiencia de siglos tampoco puede ser desechada.</p><p style="text-align: justify;">42. El mundo se vuelve tan multipolar y a la vez tan complejo que se requiere un marco diferente de cooperación efectiva. No basta pensar en los equilibrios de poder sino también en la necesidad de dar respuesta a los nuevos desafíos y de reaccionar con mecanismos globales ante los retos ambientales, sanitarios, culturales y sociales, especialmente para consolidar el respeto a los derechos humanos más elementales, a los derechos sociales y al cuidado de la casa común. Se trata de establecer reglas globales y eficientes que permitan “asegurar” esta tutela mundial.</p><p style="text-align: justify;">43. Todo esto supone generar un nuevo procedimiento de toma de decisiones y de legitimación de esas decisiones, porque el establecido varias décadas atrás no es suficiente ni parece eficaz. En este marco necesariamente se requieren espacios de conversación, de consulta, de arbitraje, de resolución de conflictos y de supervisión, y en definitiva una suerte de mayor “democratización” en el ámbito global para que se expresen e incorporen las variadas situaciones. Ya no nos servirá sostener instituciones para preservar los derechos de los más fuertes sin cuidar los de todos.</p><p style="text-align: justify;">4. Las conferencias sobre el clima: avances y fracasos</p><p style="text-align: justify;">44. Desde hace décadas, representantes de más de 190 países se reúnen periódicamente para tratar la cuestión climática. La Conferencia de Río de Janeiro de 1992 llevó a la adopción de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), un tratado que entró en vigor cuando se alcanzaron las necesarias ratificaciones de los países firmantes en 1994. Estos Estados se reúnen cada año en la Conferencia de las Partes (COP), máximo organismo para la toma de decisiones. Algunas fueron fracasos, como la de Copenhague (2009), mientras otras permitieron dar pasos importantes, como la COP3 de Kyoto (1997). Su valioso Protocolo es el que puso como objetivo reducir las emisiones complexivas de gases de efecto invernadero un 5% con respecto a 1990. El plazo era el año 2012, pero evidentemente no se cumplió.</p><p style="text-align: justify;">45. Todas las partes se comprometían además a implementar programas de adaptación para reducir los efectos del cambio climático ya en curso. Se preveía también una ayuda para cubrir los costos de estas medidas en los países en vías de desarrollo. El Protocolo en realidad entró en vigor en 2005.</p><p style="text-align: justify;">46. Posteriormente se propuso un mecanismo relativo a las pérdidas y los daños (loss and damage) causados por el cambio climático, que reconoce como principales responsables a los países más ricos y procura compensar los daños y las pérdidas que el cambio climático produce en los países más vulnerables. No se trata ya de financiar la “adaptación” de estos países sino de compensarlos por los daños ya sufridos. Esta cuestión fue objeto de importantes discusiones en varias COP.</p><p style="text-align: justify;">47. La COP21 de París (2015) fue otro momento significativo, porque generó un acuerdo que involucró a todos. Puede considerarse un nuevo comienzo, teniendo en cuenta el incumplimiento de los objetivos planteados en la etapa anterior. El acuerdo entró en vigor el 4 de noviembre de 2016. Si bien es un acuerdo vinculante, no todas las prescripciones son obligaciones en sentido estricto y algunas de ellas dan lugar a una amplia discrecionalidad. Por otra parte, aun para las obligaciones incumplidas no se prevén estrictamente sanciones ni hay instrumentos eficaces para garantizar su cumplimiento. Prevé también formas de flexibilidad para países en vías de desarrollo.</p><p style="text-align: justify;">48. El Acuerdo de París presenta un gran objetivo a largo plazo: mantener el aumento de las temperaturas medias globales por debajo de los 2 grados con respecto a los niveles preindustriales, intentando aun bajar a los 1,5 grados. Todavía se está trabajando para consolidar prácticas concretas de monitorización y facilitar criterios generales que permitan comparar los objetivos de los distintos países. Esto dificulta una valoración más objetiva (cuantitativa) de los resultados reales.</p><p style="text-align: justify;">49. Después de algunas Conferencias con escasos resultados, y la decepción de la COP25 de Madrid (2019), se esperaba revertir esta inercia en la COP26 de Glasgow (2021). Básicamente, su resultado fue relanzar el Acuerdo de París puesto en duda por los condicionamientos y efectos de la pandemia. Por lo demás, abundaron las “exhortaciones” cuya incidencia real era poco previsible. Las propuestas tendientes a asegurar una transición rápida y efectiva hacia formas alternativas de energía menos contaminantes no pudieron avanzar.</p><p style="text-align: justify;">50. La COP27 de Sharm El Sheikh (2022) estuvo desde el inicio amenazada por la situación que creó la invasión a Ucrania, que causó una importante crisis económica y energética. El uso del carbón aumentó y todos querían asegurarse su abastecimiento. Los países en vías de desarrollo consideraban una prioridad urgente acceder a la energía y a las posibilidades de desarrollo. Hubo un claro sinceramiento al reconocer que de hecho los combustibles fósiles proveen todavía el 80% de la energía mundial y que su uso sigue en aumento.</p><p style="text-align: justify;">51. Esta Conferencia egipcia fue un ejemplo más de la dificultad de las negociaciones. Podría decirse que produjo al menos un avance en la consolidación del sistema de financiación por “las pérdidas y los daños” en los países más afectados por los desastres climáticos. Esto parecía dar nueva voz y mayor participación a los países en vías de desarrollo. Pero aun en esta cuestión muchos puntos quedaron imprecisos, sobre todo la responsabilidad concreta de los países que deben aportar.</p><p style="text-align: justify;">52. Hoy podemos seguir afirmando que «los acuerdos han tenido un bajo nivel de implementación porque no se establecieron adecuados mecanismos de control, de revisión periódica y de sanción de los incumplimientos. Los principios enunciados siguen reclamando caminos eficaces y ágiles de ejecución práctica». [32] También que «las negociaciones internacionales no pueden avanzar significativamente por las posiciones de los países que privilegian sus intereses nacionales sobre el bien común global. Quienes sufrirán las consecuencias que nosotros intentamos disimular recordarán esta falta de conciencia y de responsabilidad». [33]</p><p style="text-align: justify;">5. ¿Qué se espera de la COP28 de Dubai?</p><p style="text-align: justify;">53. Los Emiratos Árabes Unidos hospedarán la próxima Conferencia de las Partes (COP28). Es un país del Golfo Pérsico que se caracteriza por ser un gran exportador de energías fósiles, si bien ha hecho importantes inversiones en energías renovables. Mientras tanto, las empresas de gas y petróleo ambicionan nuevos proyectos allí para ampliar más aún la producción. Decir que no hay nada que esperar sería un acto suicida, porque implicaría exponer a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, a los peores impactos del cambio climático.</p><p style="text-align: justify;">54. Si confiamos en la capacidad del ser humano de trascender sus pequeños intereses y de pensar en grande, no podemos dejar de soñar que esta COP28 dé lugar a una marcada aceleración de la transición energética, con compromisos efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente. Esta Convención puede ser un punto de inflexión, que muestre que todo lo que se ha hecho desde 1992 iba en serio y valió la pena, o será una gran decepción y pondrá en riesgo lo bueno que se haya podido lograr hasta ahora.</p><p style="text-align: justify;">55. A pesar de tantas negociaciones y acuerdos, las emisiones globales siguieron creciendo. Es verdad que se puede afirmar que sin estos acuerdos habrían crecido todavía más. Pero en otros temas relacionados con el medio ambiente, cuando hubo voluntad, se obtuvieron resultados muy significativos, como ocurrió con la protección de la capa de ozono. En cambio, la transición que se necesita, hacia energías limpias como la eólica y la solar, abandonando los combustibles fósiles, no tiene la velocidad necesaria. Por consiguiente, lo que se está haciendo corre el riesgo de interpretarse sólo como un juego para distraer.</p><p style="text-align: justify;">56. Necesitamos superar la lógica de aparecer como seres sensibles y al mismo tiempo no tener la valentía de producir cambios sustanciales. Sabemos que, a este ritmo, sólo en pocos años superaremos el límite máximo deseable de 1,5 grados centígrados y en poco tiempo más podríamos llegar a los 3 grados, con un alto riesgo de alcanzar un punto crítico. Aunque no se llegara a este punto de no retorno, lo cierto es que las consecuencias serían desastrosas y deberían tomarse medidas de modo precipitado, con costos enormes y con gravísimas e intolerables consecuencias económicas y sociales. Si las medidas que tomemos ahora tienen costos, estos serán muchos más pesados mientras más esperemos.</p><p style="text-align: justify;">57. Considero imprescindible insistir en que «buscar sólo un remedio técnico a cada problema ambiental que surja es aislar cosas que en la realidad están entrelazadas y esconder los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial». [34] Es verdad que son necesarios los esfuerzos de adaptación frente a los males que son irreversibles en el corto plazo. También son positivas algunas intervenciones y avances tecnológicos que permitan absorber o capturar los gases emitidos. Pero corremos el riesgo de quedarnos encerrados en la lógica de emparchar, colocar remiendos, atar con alambre, mientras por lo bajo avanza un proceso de deterioro que continuamos alimentando. Suponer que cualquier problema futuro podrá ser resuelto con nuevas intervenciones técnicas es un pragmatismo homicida, como patear hacia adelante una bola de nieve.</p><p style="text-align: justify;">58. Terminemos de una vez con las burlas irresponsables que presentan este tema como algo sólo ambiental, “verde”, romántico, frecuentemente ridiculizado por los intereses económicos. Aceptemos finalmente que es un problema humano y social en un variado arco de sentidos. Por eso se requiere un acompañamiento de todos. Suelen llamar la atención en las Conferencias sobre el clima las acciones de grupos que son criticados como “radicalizados”. Pero en realidad ellos cubren un vacío de la sociedad entera, que debería ejercer una sana “presión”, porque a cada familia le corresponde pensar que está en juego el futuro de sus hijos.</p><p style="text-align: justify;">59. Si hay un interés sincero en lograr que la COP28 sea histórica, que nos honre y ennoblezca como seres humanos, entonces sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente. Esto para lograr que se inicie un nuevo proceso destacado por tres aspectos: que sea drástico, que sea intenso y que cuente con el compromiso de todos. No es lo que ocurrió en el camino recorrido hasta ahora, y sólo con ese proceso se podría recuperar la credibilidad de la política internacional, porque únicamente de esa manera concreta será posible reducir notablemente el dióxido de carbono y evitar a tiempo los peores males.</p><p style="text-align: justify;">60. Ojalá quienes intervengan puedan ser estrategas capaces de pensar en el bien común y en el futuro de sus hijos, más que en intereses circunstanciales de algunos países o empresas. Ojalá muestren así la nobleza de la política y no su vergüenza. A los poderosos me atrevo a repetirles esta pregunta: «¿Para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo?». [35]</p><p style="text-align: justify;">6. Las motivaciones espirituales</p><p style="text-align: justify;">61. A los fieles católicos no quiero dejar de recordarles las motivaciones que brotan de la propia fe. Aliento a los hermanos y hermanas de otras religiones a que hagan lo mismo, porque sabemos que la fe auténtica no sólo da fuerzas al corazón humano, sino que transforma la vida entera, transfigura los propios objetivos, ilumina la relación con los demás y los lazos con todo lo creado.</p><p style="text-align: justify;">A la luz de la fe</p><p style="text-align: justify;">62. La Biblia narra que «Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno» ( Gn 1,31). De Él es «la tierra y todo lo que hay en ella» ( Dt 10,14). Por eso Él nos dice: «La tierra no podrá venderse definitivamente, porque la tierra es mía, y ustedes son para mí como extranjeros y huéspedes» ( Lv 25,23). Entonces, «esta responsabilidad ante una tierra que es de Dios implica que el ser humano, dotado de inteligencia, respete las leyes de la naturaleza y los delicados equilibrios entre los seres de este mundo». [36]</p><p style="text-align: justify;">63. Por otra parte, «el conjunto del universo, con sus múltiples relaciones, muestra mejor la inagotable riqueza de Dios». Por consiguiente, para ser sabios, «necesitamos captar la variedad de las cosas en sus múltiples relaciones». [37] En este camino de sabiduría, no es irrelevante para nosotros que desaparezcan tantas especies, que la crisis climática ponga en riesgo la vida de tantos seres.</p><p style="text-align: justify;">64. Jesús «podía invitar a otros a estar atentos a la belleza que hay en el mundo porque él mismo estaba en contacto permanente con la naturaleza y le prestaba una atención llena de cariño y asombro. Cuando recorría cada rincón de su tierra se detenía a contemplar la hermosura sembrada por su Padre, e invitaba a sus discípulos a reconocer en las cosas un mensaje divino». [38]</p><p style="text-align: justify;">65. Al mismo tiempo, «las criaturas de este mundo ya no se nos presentan como una realidad meramente natural, porque el Resucitado las envuelve misteriosamente y las orienta a un destino de plenitud. Las mismas flores del campo y las aves que él contempló admirado con sus ojos humanos, ahora están llenas de su presencia luminosa». [39] Si «el universo se desarrolla en Dios, que lo llena todo, entonces hay mística en una hoja, en un camino, en el rocío, en el rostro del pobre». [40] El mundo canta un Amor infinito, ¿cómo no cuidarlo?</p><p style="text-align: justify;">Caminar en comunión y compromiso</p><p style="text-align: justify;">66. Dios nos ha unido a todas sus criaturas. Sin embargo, el paradigma tecnocrático nos puede aislar del mundo que nos rodea, y nos engaña haciéndonos olvidar que todo el mundo es una “zona de contacto”. [41]</p><p style="text-align: justify;">67. La cosmovisión judeocristiana defiende el valor peculiar y central del ser humano en medio del concierto maravilloso de todos los seres, pero hoy nos vemos obligados a reconocer que sólo es posible sostener un “antropocentrismo situado”. Es decir, reconocer que la vida humana es incomprensible e insostenible sin las demás criaturas, porque «todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal, una sublime comunión que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde». [42]</p><p style="text-align: justify;">68. Esto no es producto de nuestra voluntad, tiene otro origen que está en la raíz de nuestro ser, ya que «Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos rodea, que la desertificación del suelo es como una enfermedad para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una mutilación». [43] Así terminamos con la idea de un ser humano autónomo, todopoderoso, ilimitado, y nos repensamos a nosotros mismos para entendernos de una manera más humilde y más rica.</p><p style="text-align: justify;">69. Invito a cada uno a acompañar este camino de reconciliación con el mundo que nos alberga, y a embellecerlo con el propio aporte, porque ese empeño propio tiene que ver con la dignidad personal y con los grandes valores. Sin embargo, no puedo negar que es necesario ser sinceros y reconocer que las soluciones más efectivas no vendrán sólo de esfuerzos individuales sino ante todo de las grandes decisiones en la política nacional e internacional.</p><p style="text-align: justify;">70. No obstante, todo suma, y evitar entre todos un aumento de una décima de grado en la temperatura global ya puede ser suficiente para evitar algunos sufrimientos a muchas personas. Pero lo que importa es algo menos cuantitativo: recordar que no hay cambios duraderos sin cambios culturales, sin una maduración en la forma de vida y en las convicciones de las sociedades, y no hay cambios culturales sin cambios en las personas.</p><p style="text-align: justify;">71. El esfuerzo de los hogares por contaminar menos, reducir los desperdicios, consumir con prudencia, va creando una nueva cultura. Este solo hecho de modificar los hábitos personales, familiares y comunitarios alimenta la preocupación frente a las responsabilidades incumplidas de los sectores políticos y la indignación ante el desinterés de los poderosos. Advirtamos entonces que, aun cuando esto no produce de inmediato un efecto muy notable desde el punto de vista cuantitativo, sí colabora para gestar grandes procesos de transformación que operan desde las profundidades de la sociedad.</p><p style="text-align: justify;">72. Si consideramos que las emisiones per cápita en Estados Unidos son alrededor del doble de las de un habitante de China y cerca de siete veces más respecto a la media de los países más pobres, [44] podemos afirmar que un cambio generalizado en el estilo de vida irresponsable ligado al modelo occidental tendría un impacto significativo a largo plazo. Así, junto con las indispensables decisiones políticas, estaríamos en la senda del cuidado mutuo.</p><p style="text-align: justify;">73. «Alaben a Dios» es el nombre de esta carta. Porque un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo.</p><p style="text-align: justify;">Dado en Roma, en la Basílica de San Juan de Letrán, el 4 de octubre, Fiesta de san Francisco de Asís, del año 2023, décimo primero de mi Pontificado.</p><p>FRANCISCO</p><p><br /></p><p>[1] Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos, Global Climate Change Background, 2019.</p><p>[2] Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica, Documento final, octubre 2019, 10: AAS 111 (2019), 1744.</p><p>[3] Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (Sceam), African climate dialogues communiqué, Nairobi, 17 octubre 2022.</p><p>[4] Cf. Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC), Climate Change 2021, The Physical Science Basis, Cambridge and New York 2021, B.2.2.</p><p>[5] Cf. Íd., Climate Change 2023, Synthesis Report, Summary for Policymakers, B.3.2. Para el Informe 2023 se hace referencia a https://www.ipcc.ch/report/ar6/syr/downloads/report/IPCC_AR6_SYR_SPM.pdf.</p><p>[6] Cf. United Nations Environment Program, The Emissions Gap Report 2022: https://www.unep.org/resources/emissions-gap-report-2022.</p><p>[7] Cf. Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, Earth System Research Laboratories, Global Monitoring Laboratory, “Trends in Atmospheric Carbon Dioxide”: https://www.gml.noaa.gov/ccgg/trends/</p><p>[8] Cf. IPCC, Climate Change 2023, Synthesis Report, Summary for Policymakers, A.1.3.</p><p>[9] Cf. ibíd., B.5.3.</p><p>[10] Estos datos del Intergovernmental Panel on Climate Change se basan en aproximadamente 34.000 estudios; cf. IPCC, Synthesis Report of the Sixth Assessment Report (20/03/2023): AR6 Synthesis Report: Climate Change 2023.</p><p>[11] Cf. IPCC, Climate Change 2023, Synthesis Report, Summary for Policymakers, A.1.2.</p><p>[12] Cf. ibíd.</p><p>[13] Carta enc. Laudato si’ (24 mayo 2015), 101: AAS 107 (2015), 887.</p><p>[14] Ibíd., 105: AAS 107 (2015), 889.</p><p>[15] Ibíd., 106: AAS 107 (2015), 890.</p><p>[16] Ibíd., 104: AAS 107 (2015), 888-889.</p><p>[17] Ibíd., 105: AAS 107 (2015), 889.</p><p>[18] Ibíd., 139: AAS 107 (2015), 903.</p><p>[19] Ibíd ., 220: AAS 107 (2015), 934.</p><p>[20] Cf. S. Sörlin – P. Warde, “Making the Environment Historical. An Introduction”, en Íd., Nature’s End: History and the Environment, Basingstoke – New York 2009, 1-23.</p><p>[21] Carta enc. Laudato si’ (24 mayo 2015), 139: AAS 107 (2015), 903.</p><p>[22] V. Soloviev, Los tres diálogos y el relato del anticristo, Madrid 2016, 195.</p><p>[23] Cf. S. Pablo VI, Discurso a la FAO en su 25ᵒ aniversario (16 noviembre 1970), 4: AAS 62 (1970), 833.</p><p>[24] Carta enc. Fratelli tutti (3 octubre 2020), 11: AAS 112 (2020), 972.</p><p>[25] Ibíd ., 174: AAS 112 (2020), 1030.</p><p>[26] Ibíd ., 172: AAS 112 (2020), 1029.</p><p>[27] Ibíd .</p><p>[28] Cf. ibíd., 170: AAS 112 (2020), 1029.</p><p>[29] Ibíd.</p><p>[30] Ibíd., 175: AAS 112 (2020), 1031.</p><p>[31] Carta enc. Laudato si’ (24 mayo 2015), 179: AAS 107 (2015), 918.</p><p>[32] Ibíd., 167: AAS 107 (2015), 914.</p><p>[33] Ibíd., 169: AAS 107 (2015), 915.</p><p>[34] Ibíd., 111: AAS 107 (2015), 982.</p><p>[35] Ibíd., 57: AAS 107 (2015), 870.</p><p>[36] Ibíd., 68: AAS 107 (2015), 874.</p><p>[37] Ibíd., 86: AAS 107 (2015), 881.</p><p>[38] Ibíd., 97: AAS 107 (2015), 886.</p><p>[39] Ibíd., 100: AAS 107 (2015), 887.</p><p>[40] Ibíd ., 223: AAS 107 (2015), 938.</p><p>[41] Cf. D.J. Haraway, When Species Meet, Minneapolis 2008, pp. 205-249.</p><p>[42] Carta enc. Laudato si’ (24 mayo 2015), 89: AAS 107 (2015), 883.</p><p>[43] Exhort. ap. Evangelii gaudium (24 noviembre 2013), 215: AAS 105 (2013), 1109.</p><p>[44] Cf. United Nations Environment Program, Emission Gap Report 2022: https://www.unep.org/resources/emissions-gap-report-2022.</p><p><br /></p>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-87254382008259306722023-04-05T15:30:00.000-03:002023-04-05T15:52:56.686-03:00SEMANA SANTA=Los ‘pasos’ del Amor entregado al Extremo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinYTA0gUYWtZe9adaQXqAJe9TFzTarjAmt-pdtBHRkpR3__YfNhfieGktq0KMkv-WiocpjYOtquj1i2DZJiTqH3050ZPclYCo0buDWXjUDE_vp0SsQdvH9CXq2OQWCeDn7bTQLENLPVrs/s1600/1469933_691638217535861_1465207259_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinYTA0gUYWtZe9adaQXqAJe9TFzTarjAmt-pdtBHRkpR3__YfNhfieGktq0KMkv-WiocpjYOtquj1i2DZJiTqH3050ZPclYCo0buDWXjUDE_vp0SsQdvH9CXq2OQWCeDn7bTQLENLPVrs/s1600/1469933_691638217535861_1465207259_n.jpg" height="400" width="266" /></a></div>
Publicado en la <span style="text-align: justify;">EDITORIAL de la revista VIDA NUEVA </span><br />
<span style="text-align: justify;"><br /></span>
<span style="text-align: justify;">La Pascua vuelve; mejor, la Pascua se renueva. Más que volver, es renovarse, volver a empezar. Y la Iglesia, sujeta al tiempo y al espacio, caminante en la Historia con el gran regalo de la Pascua ardiendo en su corazón y palpitando en sus manos, sigue renovándola en cada </span><span style="font-family: inherit; text-align: justify;">momento.</span><br />
<span style="font-family: inherit; text-align: justify;"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Y cada año vuelve a ponerla sobre la mesa... Pascua es la renovación del Amor que se entrega en la atardecida de Jueves Santo; que se entrega aún más en el amanecer del dolor y muerte de Viernes Santo; que se entrega en lo más profundo y silencioso de la tierra, en la espesura del Sábado Santo; pero que, al fin, se entrega, hecha vida, al amanecer del primer día de la semana.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: large;"><i> <u>Jueves, Adelanto de la Entrega</u></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: large;"><i><u><br /></u></i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHEggJnvQza-apMU6PYFlRPoKxKLy-uD0Gpa2W8TIzMOhkysQUqG2mQbs5DL8kdZIb-7AQlSevrAc9OFSASbXmIQsjtVKR9OeN-x5NaH3QnMHQcFWWhFWTR5S_gh-kepOucIgQr9Gmrvw/s1600/marc2002-f10c.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHEggJnvQza-apMU6PYFlRPoKxKLy-uD0Gpa2W8TIzMOhkysQUqG2mQbs5DL8kdZIb-7AQlSevrAc9OFSASbXmIQsjtVKR9OeN-x5NaH3QnMHQcFWWhFWTR5S_gh-kepOucIgQr9Gmrvw/s1600/marc2002-f10c.jpg" height="200" width="188" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Y el Amor se adelanta. Nos amó, incluso antes de pecar. No se trata del amor compensación por haber caído, sino del amor oblativo que da sin esperar a cambio nada. Y el Señor, el Amor que se vino a vivir con nosotros en la carne de la Historia, se mete en lo profundo, se abaja, se anodada, para mirar a todos desde abajo, desde su propia miseria. El servicio del lavatorio y el mandamiento del amor no tienen otro fin que ese: la entrega generosa. De ahí nace la Eucaristía; y el sacerdocio.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Es una misma fuente: presencia del Amor rompiendo moldes de espacio y tiempo. En memoria mía; en ausencia mía, esta es mi presencia. Esos juegos de palabras del Señor para afianzarnos en su amor. Es el amor a los últimos y a los más pobres lo que hace presente al Señor Jesús. Y Jueves Santo es ese primer paso del amor entregado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><i></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><i><span style="font-family: inherit;"><i><span style="font-size: large;"> <u>Viernes Santo, la Total Entrega</u></span></i></span></i></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgM3nDdBpp6kQMCzCdflW3ftS-jscB9oBrRuHJoKttaBqzzMMQBbQcmjLSFU1h2PIuESG1DZA7a82Ywh1-Kwpg96qqcFHIW5gorUWqE68uxnfcGMT61MsAcxzxWI05MAxrfz-rc_cNEOtA/s1600/marc2002-f11a.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgM3nDdBpp6kQMCzCdflW3ftS-jscB9oBrRuHJoKttaBqzzMMQBbQcmjLSFU1h2PIuESG1DZA7a82Ywh1-Kwpg96qqcFHIW5gorUWqE68uxnfcGMT61MsAcxzxWI05MAxrfz-rc_cNEOtA/s1600/marc2002-f11a.jpg" height="200" width="168" /></a><span style="font-family: inherit;">Amor que no se conforma con dar tiempo, sueños, dinero, trabajo, bienes, sino amor que se da, que se ofrece, que se vacía, que se derrama, que se regala. Ese amor es fundante y fundamental. Entra en la dinámica de la muerte porque ha de dar vida. Ha entregado su cuerpo entero para entender a quienes sufren violencia y horror. No puede entenderse la muerte si no hay muerte auténtica.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">El martirio es la flor de ese amor entregado. El martirio no es ficción, ni suicidio, sino amor al colmo, como la entrega de Jesús en el Gólgota. Es un Viernes de victoria, porque solo el amor, ya asimiliado y metido en los tuétanos, es capaz de dar sentido al dolor y al sufrimiento. Varón de Dolores. Ecce Homo. Cruz verdecida. Y en ella el perdón al enemigo, al que no sabe lo que hace, al que hay que justificar. No se puede nada más. Es la hora de la total kénosis que lleva al silencio espeso y preñado de luz en sus entrañas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i style="font-family: inherit; font-size: x-large;"> </i><i><span style="font-family: inherit; font-size: large;"> <u>Sábado Santo, en la Espera con María</u></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: large;"><i><u><br /></u></i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnSnSKytlPDpVpiojVT2ZcpjLRVGx63Z0cG_dTfKtnnrtUCdz4gxSRw66UFJkINP0P4o2kwW-QWo-__Nl_yEhv5AHxnzoz-iehsPSMgbSX6r_DWBeqsb8xShZI5Qj35YuBLNBqYZbNfSY/s1600/La+Piedad+de+Colon.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnSnSKytlPDpVpiojVT2ZcpjLRVGx63Z0cG_dTfKtnnrtUCdz4gxSRw66UFJkINP0P4o2kwW-QWo-__Nl_yEhv5AHxnzoz-iehsPSMgbSX6r_DWBeqsb8xShZI5Qj35YuBLNBqYZbNfSY/s1600/La+Piedad+de+Colon.jpg" height="199" width="200" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Es la espera tensa con María, pero con una pizca de esperanza que nos alienta. Ha quedado un resto para mantener viva la esperanza. Un sepulcro nuevo. Nunca tuvo tan adentro al sol la tierra. Y es esa espera de Sábado Santo la que viven muchos hermanos, cuando se apagan las luces, cuando se abren las heridas, cuando no hay horizonte. Es una espera certera en la Pascua que comenzamos ya a vivir, a renovar una vez más, con la certeza de la luz. Y seguiremos celebrando la Pascua gozosa en cada instante de la vida.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: inherit;">----------------------</span></div>
<div style="text-align: right;">
Que tengas una Fecunda Semana Santa y una Gozosa Resurrección!!</div>
<div style="text-align: right;">
Con mi cariño y oración</div>
ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-47152665333916521222023-04-01T20:53:00.000-03:002023-04-01T20:53:01.660-03:00Domingo de Ramos -Jesús, nuestro Rey, es Rey de Amor que reina en paz...<p><b style="font-size: 10pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"></b></p><div class="separator" style="clear: both; font-family: Arial, "sans-serif"; text-align: center;"><b style="font-size: 10pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfmIr35wNYupHZIqHDlLX9-1cQN-ZNNLMngP-tdz8ik82pCkgN8y5HluJY5LqnkaxA0S1HHossCrr1_1hhsoUyTFQ2aK7v8nP-_KoKV7OUdJJ_1SUN_qo3Uh_dhUs0UTKXbZdpW0p8YFftIME7Uu08R9cLRHNJqw0ZKozJI31WtOWhl85qpwpJLksl/s880/IMG_0491.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="880" data-original-width="644" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfmIr35wNYupHZIqHDlLX9-1cQN-ZNNLMngP-tdz8ik82pCkgN8y5HluJY5LqnkaxA0S1HHossCrr1_1hhsoUyTFQ2aK7v8nP-_KoKV7OUdJJ_1SUN_qo3Uh_dhUs0UTKXbZdpW0p8YFftIME7Uu08R9cLRHNJqw0ZKozJI31WtOWhl85qpwpJLksl/s320/IMG_0491.JPG" width="234" /></a></b></div><b style="text-align: justify; text-indent: -18pt;"><br /><span style="font-family: inherit;">Texto de + Diego Fares, sj</span></b><p></p><p><span style="font-family: inherit;"><b style="text-align: justify; text-indent: -18pt;">Jesús, nuestro Rey, es Rey de Amor que
reina en paz</b><span style="text-align: justify; text-indent: -18pt;"> y conduce a su pueblo con paciencia y mansedumbre. </span></span></p><p><span style="font-family: inherit;"><span style="text-align: justify; text-indent: -18pt;">"</span></span><span style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -24px;">Tener por rey a Jesús es algo que se juega en el
mundo concreto de las cosas que el Señor necesita y que van unidas, a las cosas
que necesitan sus discípulos, sus amigos, los pobres, los pequeños: Tuve hambre
y me diste de comer. Necesitaba un abrigo y me lo regalaste. Necesitaba consejo
y me pusiste la oreja. Necesitaba compañía y me viniste a ver y te quedaste a
mi lado. </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span><span style="font-family: inherit;">La gente amiga de Jesús tiene esta natural
predisposición a servir donde se la necesita. Es gente de su reino,
desinteresada, servicial, trabajadora. Es la mayoría silenciosa que habita el planeta.
Quizás no todos conozcan directamente al Señor o, si son cristianos, quizás no
«vayan a misa» todos los domingos, pero «son practicantes», en el sentido que
«practican las obras de misericordia» comunes, en su vida y trabajo de todos
los días. Son gente atenta a lo que «el Señor necesita»…<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span><span style="font-family: inherit;">Seamos de
la gente común que está atenta al Señor, para descubrir “el lugar” donde Jesús
nos espera en esta Semana Santa y d</span></span><span><span style="font-family: inherit;">ejémonos conducir
por Él, nuestro Rey a esta nueva Semana Santa".</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></p>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-59294942447995545172023-02-18T16:17:00.003-03:002023-02-18T16:17:49.869-03:00 Ascesis Cuaresmal, un Camino Sinodal -Carta Cuaresmal del Papa Francisco. Año 2023-<p><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeArHc7TwnD9nnm4ID2gm5Rp18KgwHqzNRmxCdZwuVW2myLCTRHlee95qEAvG9PHPQbFwdT6i127DvlfE0KBHJpnqwLPbgAI3_I1XR3RVY-cBNXiqdT4wCcj8QFlT62f9LILQgPZXuXAzvXVXW6u4ZyE0da03jXceb647k4LHhnKkGZRszOZqipied/s810/1377169_667443573279851_2055039402_n.jpg" imageanchor="1" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="810" data-original-width="636" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeArHc7TwnD9nnm4ID2gm5Rp18KgwHqzNRmxCdZwuVW2myLCTRHlee95qEAvG9PHPQbFwdT6i127DvlfE0KBHJpnqwLPbgAI3_I1XR3RVY-cBNXiqdT4wCcj8QFlT62f9LILQgPZXuXAzvXVXW6u4ZyE0da03jXceb647k4LHhnKkGZRszOZqipied/s320/1377169_667443573279851_2055039402_n.jpg" width="251" /></a></div><br />Queridos
hermanos y hermanas:<p></p>
<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; box-sizing: border-box; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;">Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas
concuerdan al relatar el episodio de la Transfiguración de Jesús. En este
acontecimiento vemos la respuesta que el Señor dio a sus discípulos cuando
estos manifestaron incomprensión hacia Él. De hecho, poco tiempo antes se había
producido un auténtico enfrentamiento entre el Maestro y Simón Pedro, quien,
tras profesar su fe en Jesús como el Cristo, el Hijo de Dios, rechazó su
anuncio de la pasión y de la cruz. Jesús lo reprendió enérgicamente:
«¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Tú eres para mí un obstáculo, porque tus
pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres» (Mt 16,23). Y «seis
días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó
aparte a un monte elevado» (Mt 17,1).<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; box-sizing: border-box; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;">El evangelio de la Transfiguración se
proclama cada año en el segundo domingo de Cuaresma. En efecto, en este tiempo
litúrgico el Señor nos toma consigo y nos lleva a un lugar apartado. Aun cuando
nuestros compromisos diarios nos obliguen a permanecer allí donde nos
encontramos habitualmente, viviendo una cotidianidad a menudo repetitiva y a
veces aburrida, en Cuaresma se nos invita a “subir a un monte elevado” junto
con Jesús, para vivir con el Pueblo santo de Dios una experiencia particular de <em style="box-sizing: border-box;">ascesis</em>...<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; box-sizing: border-box; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;">La ascesis cuaresmal es un compromiso,
animado siempre por la gracia, para superar nuestras faltas de fe y nuestras
resistencias a seguir a Jesús en el camino de la cruz. Era precisamente lo que
necesitaban Pedro y los demás discípulos. Para profundizar nuestro conocimiento
del Maestro, para comprender y acoger plenamente el misterio de la salvación
divina, realizada en el don total de sí por amor, debemos dejarnos conducir por
Él a un lugar desierto y elevado, distanciándonos de las mediocridades y de las
vanidades. Es necesario ponerse en camino, un camino cuesta arriba, que
requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, como una excursión por la
montaña. Estos requisitos también son importantes para el camino sinodal que,
como Iglesia, nos hemos comprometido a realizar. Nos hará bien reflexionar
sobre esta relación que existe entre la ascesis cuaresmal y la experiencia
sinodal.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; box-sizing: border-box; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;">En el “retiro” en el monte Tabor, Jesús
llevó consigo a tres discípulos, elegidos para ser testigos de un
acontecimiento único. Quiso que esa experiencia de gracia no fuera solitaria,
sino compartida, como lo es, al fin y al cabo, toda nuestra vida de fe. A Jesús
hemos de seguirlo juntos. Y juntos, como Iglesia peregrina en el tiempo,
vivimos el año litúrgico y, en él, la Cuaresma, caminando con los que el Señor
ha puesto a nuestro lado como compañeros de viaje. Análogamente al ascenso de
Jesús y sus discípulos al monte Tabor, podemos afirmar que nuestro camino
cuaresmal es “sinodal”, porque lo hacemos juntos por la misma senda, discípulos
del único Maestro. Sabemos, de hecho, que Él mismo es el <em style="box-sizing: border-box;">Camino</em> y, por eso, tanto en el
itinerario litúrgico como en el del Sínodo, la Iglesia no hace sino entrar cada
vez más plena y profundamente en el misterio de Cristo Salvador.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; box-sizing: border-box; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;">Y llegamos al momento culminante. Dice
el Evangelio que Jesús «se transfiguró en presencia de ellos: su rostro
resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz» (Mt
17,2). Aquí está la “cumbre”, la meta del camino. Al final de la subida,
mientras estaban en lo alto del monte con Jesús, a los tres discípulos se les
concedió la gracia de verle en su gloria, resplandeciente de luz sobrenatural.
Una luz que no procedía del exterior, sino que se irradiaba de Él mismo. La
belleza divina de esta visión fue incomparablemente mayor que cualquier
esfuerzo que los discípulos hubieran podido hacer para subir al Tabor. Como en
cualquier excursión exigente de montaña, a medida que se asciende es necesario
mantener la mirada fija en el sendero; pero el maravilloso panorama que se
revela al final, sorprende y hace que valga la pena. También el proceso sinodal
parece a menudo un camino arduo, lo que a veces nos puede desalentar. Pero lo
que nos espera al final es sin duda algo maravilloso y sorprendente, que nos
ayudará a comprender mejor la voluntad de Dios y nuestra misión al servicio de
su Reino.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; box-sizing: border-box; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;">La experiencia de los discípulos en el
monte Tabor se enriqueció aún más cuando, junto a Jesús transfigurado,
aparecieron Moisés y Elías, que personifican respectivamente la Ley y los
Profetas (cf. Mt 17,3). La novedad de Cristo es el cumplimiento de la antigua
Alianza y de las promesas; es inseparable de la historia de Dios con su pueblo
y revela su sentido profundo. De manera similar, el camino sinodal está
arraigado en la tradición de la Iglesia y, al mismo tiempo, abierto a la
novedad. La tradición es fuente de inspiración para buscar nuevos caminos,
evitando las tentaciones opuestas del inmovilismo y de la experimentación
improvisada.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; box-sizing: border-box; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;">El camino ascético cuaresmal, al igual
que el sinodal, tiene como meta una transfiguración personal y eclesial. Una
transformación que, en ambos casos, halla su modelo en la de Jesús y se realiza
mediante la gracia de su misterio pascual. Para que esta transfiguración pueda
realizarse en nosotros este año, quisiera proponer dos “caminos” a seguir para
ascender junto a Jesús y llegar con Él a la meta.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; box-sizing: border-box; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;">El primero se refiere al imperativo que
Dios Padre dirigió a los discípulos en el Tabor, mientras contemplaban a Jesús
transfigurado. La voz que se oyó desde la nube dijo: «Escúchenlo» (Mt 17,5).
Por tanto, la primera indicación es muy clara: escuchar a Jesús. La Cuaresma es
un tiempo de gracia en la medida en que escuchamos a Aquel que nos habla. ¿Y
cómo nos habla? Ante todo, en la Palabra de Dios, que la Iglesia nos ofrece en
la liturgia. No dejemos que caiga en saco roto. Si no podemos participar
siempre en la Misa, meditemos las lecturas bíblicas de cada día, incluso con la
ayuda de internet. Además de hablarnos en las Escrituras, el Señor lo hace a través
de nuestros hermanos y hermanas, especialmente en los rostros y en las
historias de quienes necesitan ayuda. Pero quisiera añadir también otro
aspecto, muy importante en el proceso sinodal: el escuchar a Cristo pasa
también por la escucha a nuestros hermanos y hermanas en la Iglesia; esa
escucha recíproca que en algunas fases es el objetivo principal, y que, de
todos modos, siempre es indispensable en el método y en el estilo de una
Iglesia sinodal.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; box-sizing: border-box; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;">Al escuchar la voz del Padre, «los
discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Jesús se acercó a
ellos y, tocándolos, les dijo: “Levántense, no tengan miedo”. Cuando alzaron
los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo» (Mt 17,6-8). He aquí la
segunda indicación para esta Cuaresma: no refugiarse en una religiosidad hecha
de acontecimientos extraordinarios, de experiencias sugestivas, por miedo a
afrontar la realidad con sus fatigas cotidianas, sus dificultades y sus
contradicciones. La luz que Jesús muestra a los discípulos es un adelanto de la
gloria pascual y hacia ella debemos ir, siguiéndolo “a Él solo”. La Cuaresma
está orientada a la Pascua. El “retiro” no es un fin en sí mismo, sino que nos
prepara para vivir la pasión y la cruz con fe, esperanza y amor, para llegar a
la resurrección. De igual modo, el camino sinodal no debe hacernos creer en la
ilusión de que hemos llegado cuando Dios nos concede la gracia de algunas
experiencias fuertes de comunión. También allí el Señor nos repite:
«Levántense, no tengan miedo». Bajemos a la llanura y que la gracia que hemos
experimentado nos sostenga para ser artesanos de la sinodalidad en la vida
ordinaria de nuestras comunidades.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; box-sizing: border-box; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;">Queridos hermanos y hermanas, que el
Espíritu Santo nos anime durante esta Cuaresma en nuestra escalada con Jesús, para
que experimentemos su resplandor divino y así, fortalecidos en la fe,
prosigamos juntos el camino con Él, gloria de su pueblo y luz de las naciones.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; box-sizing: border-box; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: 12pt;">.</span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; box-sizing: border-box; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;">Roma, San Juan de Letrán, 25 de enero de
2023, Fiesta de la Conversión de san Pablo<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;"><o:p><span style="font-family: inherit;"> </span></o:p></span></p>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-3179126904280559102022-11-01T11:00:00.000-03:002022-11-01T11:23:06.601-03:00Santidad en lo Cotidiano...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEio4vO3YhH1HqxjrXCCBQAvPvrqTxsBgk5kES_8vBg7sLMJKqIz1MjMAYwB_VW12QZkUIQVfSDEpIuFlMpD8R2mBDhOdFPkr1uOWK_cIemMaH7MoxcfmFQb-7tHFn_CcK6BS2VQv8CJk4I/s1600/11509.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEio4vO3YhH1HqxjrXCCBQAvPvrqTxsBgk5kES_8vBg7sLMJKqIz1MjMAYwB_VW12QZkUIQVfSDEpIuFlMpD8R2mBDhOdFPkr1uOWK_cIemMaH7MoxcfmFQb-7tHFn_CcK6BS2VQv8CJk4I/s400/11509.jpg" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Texto de una </span>Homilía<span style="font-family: inherit;"> del Papa Francisco</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">"Un gran don del Concilio Vaticano II ha sido el de haber recuperado una visión de Iglesia fundada en la comunión, y de hacer entendido de nuevo también el principio de la autoridad y de la jerarquía en esta perspectiva. Este nos ha ayudado a entender mejor que todos los cristianos, en cuanto bautizados, tienen igual dignidad delante del Señor y están unidos por la misma vocación, que es la de la santidad. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Ahora nos preguntamos: </span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<ul>
<li><span style="font-family: inherit;">¿en qué consiste esta vocación universal a ser santos? </span></li>
<li><span style="font-family: inherit;">¿Y cómo podemos realizarla?</span></li>
</ul>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">En primer lugar debemos tener muy presente que la santidad no es algo que conseguimos nosotros, que obtenemos nosotros con nuestras cualidades y nuestras capacidades. La santidad es un don, es el don que nos hace el Señor Jesús, cuando nos toma consigo y nos reviste de sí mismo, nos hace como Él. En la Carta a los Efesios, el apóstol Pablo afirma que "Cristo ha amado a la Iglesia y se ha dado a sí mismo por ella, para hacerla santa". Así es, realmente la santidad es el rostro más bello de la Iglesia, el rostro más bello: es descubrirse de nuevo en comunión con Dios, en la plenitud de su vida y de su amor. Se entiende, por tanto, que la santidad no es una prerrogativa solamente de algunos: la santidad es un don que es ofrecido a todos, ningún excluido, por lo que constituye el carácter distintivo de cada cristiano.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Todo esto nos hace comprender que, para ser santos, no es necesario por fuerza ser obispo, sacerdote o religioso… No ¡Todos estamos llamados a ser santos! Muchas veces, antes o después, estamos tentados a pensar que la santidad está reservada solamente a los que tienen la posibilidad de despegarse de los quehaceres diarios, para dedicarse exclusivamente a la oración. ¡Pero no es así! Alguno piensa que la santidad es cerrar ojos, poner cara de estampita, así. No, no es esa la santidad. La santidad es algo más grande, más profundo que nos da Dios.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Es más, es precisamente viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio cristiano en las ocupaciones de cada día que estamos llamados a ser santos. Y cada uno en las condiciones y en el estado de vida en el que se encuentra. ¿Eres consagrado, consagrada? Sé santo viviendo con alegría tu donación y tu ministerio. ¿Estás casado? Sé santo amando y cuidando a tu marido o a tu mujer, como Cristo ha hecho con su Iglesia. ¿Eres un bautizado no casado? Sé santo cumpliendo con honestidad y competencia tu trabajo ofreciendo tiempo al servicio de los hermanos 'Pero padre, yo trabajo en una fábrica, yo trabajo como contable, siempre con los números, allí no se puede ser santo'. ¡Sí, se puede! Allí donde trabajas, puedes ser santo. Dios te da la gracia para ser santo Dios se comunica contigo, siempre, en cualquier lugar se puede ser santo. Abrirse a esta gracia que trabaja dentro y nos lleva a la santidad. ¿Eres padre o abuelo? Sé santo enseñando con pasión a los hijos y a los nietos a conocer y a seguir a Jesús. Y es necesaria mucha paciencia para esto, para ser buen padre, o un buen abuelo, una buena madre, una buena abuela, es necesaria mucha paciencia. Y en esta paciencia viene la santidad, ejercitando la paciencia. ¿Eres catequista, educador o voluntario? Sé santo convirtiéndote en signo visible del amor de Dios y de su presencia junto a nosotros. Así es: cada estado de vida lleva a la santidad, siempre. En tu casa, en la calle, en el trabajo, en la Iglesia, en ese momento, en el estado de vida que tienes se ha abierto el camino a la santidad. No os desaniméis de ir sobre este camino, es precisamente Dios quien te da la gracia. Y lo único que pide el Señor es que estemos en comunión con Él y al servicio de los hermanos</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">En este punto, cada uno de nosotros puede hacer un poco examen de conciencia. Y ahora podemos hacerlo, cada uno se responde así mismo, dentro, en silencio.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<ul>
<li><span style="font-family: inherit;"> ¿Cómo hemos respondido hasta ahora a la llamada del Señor a la santidad? </span></li>
<li><span style="font-family: inherit;"> ¿Tengo ganas de hacerme un poco mejor, de ser más cristiano, más cristiana?</span></li>
</ul>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Este es el camino a la santidad. Cuando el Señor nos invita a ser santos, no nos llama a algo pesado, triste. ¡Todo lo contrario! ¡Es la invitación a compartir su alegría, a vivir y a ofrecer con alegría cada momento de nuestra vida, haciéndolo convertirse al mismo tiempo en un don de amor por las personas que están cerca de nosotros. Si comprendemos esto, todo cambia y adquiere un significado nuevo, un significado hermoso, comenzando por las pequeñas cosas de cada día. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Un ejemplo: una señora va al mercado a hacer la compra y encuentra a una vecina y empiezan a hablar y después llegan los chismorreos. Y esta señora dice, no, yo no hablaré mal de nadie. Esto es un paso a la santidad, esto te ayuda a ser más santo. Después en tu casa, el hijo te pide hablar un poco de sus cosas fantasiosas, 'estoy cansado, he trabajado mucho hoy'. Pero tú, acomódate y escucha tu hijo, que lo necesita, te pones cómodo, le escuchas con paciencia. Esto es un paso a la santidad. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Después termina el día, estamos todos cansados, pero la oración, hacemos la oración. Eso es un paso a la santidad. Después llega el domingo, vamos a misa a tomar la comunión, a veces una cuando una confesión que nos limpie un poco. Y después la Virgen, tan buena, tan hermosa, tomo el rosario y la rezo. Esto es un paso a la santidad. Y tantos pasos a la santidad, pequeños. Después voy por la calle veo un pobre, un necesitado, me paro y le pregunto algo. Es un paso a la santidad. Pequeñas cosas. Son pequeños pasos hacia la santidad. Cada paso a la santidad nos hará personas mejores, libras del egoísmo y de la clausura en sí mismos, y abiertos a los hermanos y a sus necesidades.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Queridos amigos, en la Primera Lectura de san Pedro se nos dirige esta exhortación: "Cada uno viva según la gracia recibida, poniéndola al servicio de los otros, como buenos administradores de una multiforme gracia de Dios. Quien habla, lo haga como con palabras de Dios; quien ejercita un oficio, lo haga con la energía recibida de Dios, para que en todo sea glorificado Dios por medio de Jesucristo".</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">¡Es esta la invitación a la santidad! Acojámosla con alegría, y apoyémonos los unos a los otros, porque el camino hacia la santidad no se recorre solos, cada uno por su cuenta no puede hacerlo, sino que se recorre juntos, en ese único cuerpo que es la Iglesia, amada y hecha santa por el Señor Jesús.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Vamos adelante con valentía en este camino de la santidad".</span></div>
ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-87726763316114492382022-10-30T18:18:00.001-03:002022-10-31T11:22:38.071-03:00Su Mirada nos busca allí donde estamos subidos...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5woeKVVU13UtHhf8nFym29WUSuE_kt4JDagwLyfJSi0ZUOQwrKquLdG4uRwjnknG7u4Jj71Y4NMBgbyYkYaqVnrCkpz-QXAHPQ29AvQ-v0RpRtGwikQKX6TY6wAKQIF42Ul9DOr5FhHzYkXK0-VMUwmXs8KlM-LsoVpzXjcLwsqXdX16vlIbrTEss/s445/foto4e71bb72d1b04_15092011_446am.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="445" data-original-width="350" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5woeKVVU13UtHhf8nFym29WUSuE_kt4JDagwLyfJSi0ZUOQwrKquLdG4uRwjnknG7u4Jj71Y4NMBgbyYkYaqVnrCkpz-QXAHPQ29AvQ-v0RpRtGwikQKX6TY6wAKQIF42Ul9DOr5FhHzYkXK0-VMUwmXs8KlM-LsoVpzXjcLwsqXdX16vlIbrTEss/s320/foto4e71bb72d1b04_15092011_446am.jpg" width="252" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>
Escrito por hna Mariola López Villanueva rscj<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Hay pasajes que una agradece especialmente que estén en el Evangelio porque cada vez que nos encontramos con ellos nos regalan una nueva oportunidad, como si pudiéramos recibirnos, una vez más, con lo mejor de nuestras vidas por estrenar. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al igual que Zaqueo, también nosotros pasamos temporadas en que lo que hacemos no nos deja buen sabor, en que no nos sentimos bien con nosotros mismos y andamos con la sensación de estar disminuidos en nuestra talla humana… y entonces llega repentinamente <i>su Gracia: su mirada nos busca allí donde estamos subidos</i>, su voz nos nombra, conociéndonos hasta el fondo, y su mayor deseo es ser el Huésped principal de nuestra casa, tal y como la tenemos... ¡Qué sorpresa tan inesperada!... </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Zaqueo “lo recibió muy contento”, no se puso a mirarse a sí mismo, y a sus enredos, sino que se volvió enteramente hacia ese amor ofrecido sin condiciones, acogiéndolo como se recibe un regalo que no esperamos; y fue en ese momento cuando pudo dejarse querer y reconstruir. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces todo exceso de culpa se desvanece, los temores dejan paso a una confianza sencilla y aquello que reteníamos se multiplica como don en nosotros para los demás.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
Mariola López Villanueva, rscj</div>
ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-49823992437409601262022-02-24T15:00:00.000-03:002022-02-24T19:08:40.142-03:00ENTONCES VENDRÁ LA PAZ ...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvzEpJnNmYdFV-wWdELl1lDRUuMBoE3BTaB5m9Zxo-pypVoJqazQqxs_L_hTOyHnAXf-v2D4P1vgZgV09jCpecjgy9EfPue3lPPzG6L0dz4Xk5wZm5vRNDm8c0UPKMdmHcUlRdRSrXDLs/s1600/39.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvzEpJnNmYdFV-wWdELl1lDRUuMBoE3BTaB5m9Zxo-pypVoJqazQqxs_L_hTOyHnAXf-v2D4P1vgZgV09jCpecjgy9EfPue3lPPzG6L0dz4Xk5wZm5vRNDm8c0UPKMdmHcUlRdRSrXDLs/s320/39.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="text-align: start;"><i>"La Paz comienza con una sonrisa"</i>, decía la Madre Teresa, en su discurso al recibir el Premio Nobel de la Paz.</span></div>
<div>
<br /></div>
<div>
Les dejo este texto para acompañar la Jornada de Ayuno y Oración suplicando el Don de la Paz:</div>
<div>
<br /></div>
<span style="font-size: x-small;">-Texto anónimo (si alguien conoce el autor, por favor avisarme. Gracias)-</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;"></span></div>
<br />
<br />
"Si crees que la sonrisa tiene más fuerza que las armas,<br />
si crees en el poder de una mano abierta,<br />
si crees que lo que une a los hombres es mas que lo que los separa,<br />
si crees que el hecho de ser diferente es una riqueza y no un peligro...<br />
<br />
¡Entonces vendrá la paz!<br />
<br />
Si sabes mirar al otro con un poco de amor,<br />
si prefieres la esperanza a la sospecha,<br />
si piensas que tú eres el que tiene que dar el primer paso en lugar del otro,<br />
si el llanto de un bebe es aun capaz de estremecerte...<br />
<br />
¡Entonces vendrá la paz!<br />
<br />
Si puedes sentir alegría con el éxito de tu vecino,<br />
si crees que el perdón puede mas que la venganza,<br />
si eres capaz de dar tu tiempo gratuitamente por amor,<br />
si para ti el otro es sobre todo un hermano...<br />
<br />
¡Entonces vendrá la paz!<br />
<br />
Si sabes aceptar las críticas,
si te resistes a echar la culpa de todo a los demás,<br />
si prefieres que te hagan daño antes que hacerlo,<br />
si rechazas la idea de que eres indispensable...<br />
<br />
¡Entonces vendrá la paz!ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-78529251088227104282021-06-05T12:29:00.000-03:002021-06-05T12:29:16.637-03:00Huésped - Fiesta de Corpus Christi <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjW5RgiBPsObblkaez0mCmukeAOysX0eaIKbHWjdpKJ7XSkFLQUWbQlsMHlCWnZePM2CIz3gDZ0RVEIVRn6fXVfkWA94pQU9Nb7oEdIxb-_0r5T6vw4fZ7C4Qfj1-koSCs-6fwqFVlJWyE/s328/12ce56d4e8383d85287df0e7aabbdba4--art-station-christian-art.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: inherit;"><img border="0" data-original-height="328" data-original-width="236" height="515" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjW5RgiBPsObblkaez0mCmukeAOysX0eaIKbHWjdpKJ7XSkFLQUWbQlsMHlCWnZePM2CIz3gDZ0RVEIVRn6fXVfkWA94pQU9Nb7oEdIxb-_0r5T6vw4fZ7C4Qfj1-koSCs-6fwqFVlJWyE/w370-h515/12ce56d4e8383d85287df0e7aabbdba4--art-station-christian-art.jpg" width="370" /></span></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Escrito por Diego Fares .sj</span></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Para contemplar el misterio de la Eucaristía, nos detenemos hoy en el lugar donde el Señor quiso celebrar la Ultima Cena. El piso alto de aquella hospedería nos indica algo muy especial acerca de cómo quiere quedarse el Señor entre nosotros: como un huésped!</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">El diálogo de Jesús y los discípulos comienza con la pregunta de estos por el lugar: “¿Dónde quieres que te preparemos la Pascua?”. Y el Señor les indica entonces un camino un tanto complicado para llegar al lugar de la Cena… que ya estaba preparado!</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Esto llama la atención. Uno piensa: “Si Jesús ya lo tenía todo planeado, ¿por qué no los mandó directamente a la casa? ¿Por qué los hizo caminar siguiendo pistas, como si fuera una búsqueda del tesoro?”.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Creo que quería hacerlos experimentar el camino que Él había recorrido antes, siguiendo al hombre del cántaro hasta encontrar la hospedería en la que trabajaba. Una manera de hacerlos sentir huéspedes también a ellos. Lo cual tiene su importancia a la hora de celebrar a Jesús en la Eucaristía, en ese pan y ese vino en los que el Señor “se hospeda” para que lo podamos comer.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Me gusta pensar que Jesús había rezado y preparado largamente la última cena. Iba a ser su gesto definitivo: la manera de darse y de quedarse con nosotros “todos los días hasta el fin del mundo”.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">El lugar era, pues, importante. Notamos que no eligió la casa de ninguno de los apóstoles ni la de algún amigo o conocido, sino un lugar distinto, al que los hizo llegar como si fueran forasteros que entran a un pueblo y siguen a uno que lleva un cántaro de agua, suponiendo que los conducirá a algún albergue.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Nos quedamos mirando y contemplando el lugar que el Señor eligió.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Dos palabras que suelen pasar desapercibidas, pueden ayudarnos a contemplar: “katalyma” – “aposento”- y “anagaion” – “piso alto”.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Jesús les encarga que le digan al dueño de casa: “donde está mi aposento”. La palabra que usa es “katalyma” que significa estancia o aposento y que propiamente es una “habitación para huéspedes”. Lucas es el otro que usa esta palabra cuando narra la peregrinación de José y María y dice que “no había lugar para ellos en el aposento u hospedería” (Lc 2, 17). También la usa cuando le critican a Jesús que haya ido a “hospedarse” en la casa de un pecador (en referencia al publicano Mateo) (Lc 19, 17).</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Dejamos que resuene en nuestro corazón esta palabra tan querida para nosotros: “hospedería”, “habitación de húespedes”, “hogar de tránsito”.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Jesús no tenía casa propia, no tenía “donde reclinar la cabeza”. Para sus reuniones debía pedir prestada una casa. Por supuesto que tenía amigos, como Lázaro y sus hermanas, que lo hospedaban gustosos. También es cierto que en esta ocasión Jesús hace notar su Señorío: el mensaje que les da a los discípulos es el de un Señor. Habla de “mí” aposento. Pero el lugar que elige y el modo como los hace llegar a él, hablan de un lugar ajeno.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">La otra palabra es “gran sala en el piso superior” (ana-gaion), que literalmente sería “sobre piso”.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Jesús celebra la Eucaristía en una sala grande, en el piso alto de una hospedería! Como si dijéramos en El Hogar de San José o en la Hospedería Padre Hurtado: esos lugares son El Hogar de Cristo!</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Podemos imaginar que el Señor nos manda decir: “¿Donde está dentro tuyo ese lugar grande donde quiero que me hospedes para que comamos juntos, para que te pueda dar mi Cuerpo y mi Sangre?”.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Ese es nuestro lugar íntimo y secreto donde se complace en habitar la Trinidad Santa: el Padre, Jesús y el Dulce Huésped del alma, el Espíritu Santo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Imaginamos ahora nuestro interior con una habitación grande para huéspedes.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Así como para nacer el Señor se hubiera conformado con esa hospedería humilde de Belén y ni siquiera en ella encontró lugar, para celebrar la fiesta de la Alianza con los hombres elige y prepara él mismo un lugar de paso. Quiere ser “huesped”.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">La imagen del huesped habla de libertad. Tanto el que hospeda como el huésped comparten un espacio íntimo sin que sea definitivo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Y los permisos que uno pide para disponer de algo o para ir al baño…, los gestos de cortesía que se usan, suponen una valoración muy linda de lo que significa compartir la intimidad sin adueñarse de ella.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Hospedar y hospedarse implica un ritual de ofrecimiento y de agradecimiento. Uno, como huésped, tiene que pedir permiso y es lindo tener que pedirlo y que el otro refuerce explícitamente la gratuidad y la amplitud de su ofrecimiento: “Sentite como en tu casa” decimos. Por eso esta es una imagen llena de profundidad y de misterio para gustar la manera en que Jesús elige estar presente en nuestro interior.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Él, aunque es dueño, quiere ser huésped. En Emaús, el “forastero” (huésped, en latín, es forastero) hace ademán de seguir de largo y espera a que lo inviten: “quédate con nosotros, porque anochece…”</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Esta imagen de huésped se aplica también al Espíritu: “Dulce huésped de nuestra alma”.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Al darnos su Cuerpo y su Sangre, el Señor se nos da de manera íntima y total y un don tan grande para darse y para ser recibido requiere esta distancia-cercana tan propia de la relación de hospitalidad.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">El Señor no viene ni como dueño de casa que se instala ni como desconocido que alquila o viene a negociar algo. Viene como huésped. Y no es esta una imagen menor para la caridad. Como si dijéramos que sería mejor que viniera como Esposo o como hijo… Por el contrario: al huesped uno lo trata mejor incluso que a los de casa.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">En la hospitalidad reina la libertad, condimentando cada gesto de dar y recibir como algo que se hace gratuitamente, sin que nunca se pierda este gusto por la gratuidad.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Es bueno en este punto que cada uno rememore sus experiencias de hospitalidad y las aplique a la Eucaristía y a la Palabra, de modo que cuando comulgamos y cuando leemos la Palabra “hospedemos” al Señor en nuestro interior. Cada vez de modo nuevo, hasta que sea Él a hospedarnos definitivamente en el hogar de la intimidad de Dios, en lo que llamamos Cielo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">------------</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Fuente: </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;">https://diegojavierfares.com/2021/06/03/huesped-corpus-christi-b-2021/</span></p>ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-66931436374421154642021-05-29T12:17:00.000-03:002021-05-29T12:17:24.873-03:00Fiesta de la Trinidad... Invitados, a ese Círculo de Amor Gratuito...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgs4ZoJS15gj7fM5fV4uffOLKnP4yJrUBLtG4i4n-hjzGiuIMM0wNRKYe2UhpDYxhCumOCnQckDHbSEvp3tcB-xiPiLXDBcRlIiFiTnl120O25YcLdRHy11qwmHy5rF6S2uXNzpbAfDvXc/s1119/IMG_5581.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1119" data-original-width="1000" height="429" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgs4ZoJS15gj7fM5fV4uffOLKnP4yJrUBLtG4i4n-hjzGiuIMM0wNRKYe2UhpDYxhCumOCnQckDHbSEvp3tcB-xiPiLXDBcRlIiFiTnl120O25YcLdRHy11qwmHy5rF6S2uXNzpbAfDvXc/w383-h429/IMG_5581.jpg" width="383" /></a></div><br /><br /></div>
Escrito por Mariola López Villanueva -RSCJ-<br />
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Lo que más emociona de esta fiesta es sentir que estamos invitados, que en ese Círculo de Amor gratuito hay un lugar que requiere ser habitado por cada uno de nosotros. Los padres capadocios, allá por el Siglo IV, fueron los primeros en esbozar qué significaba que nuestro Dios es relación de Personas, una relación creciente, multiplicadora, creativa…cuyo movimiento provoca una atracción salvífica. </div>
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El Amante, el Amado y el Amor, nos invitan a formar parte de ese entramado relacional, a aprender los pasos de su danza, a sorprendernos una y otra vez por esa capacidad terapéutica del amor, que sana y embellece allí donde se posa. </div>
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La Trinidad nos vincula a cada ser que respira, nos enseña que no podemos ser felices solos y nos alienta para que todos nuestros intentos, aún los de mayor torpeza, sean siempre bienvenidos; pues amar es algo que sólo podemos aprender amando...<br />
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Les comparto también este texto escrito por Miguel Tombilla<br />
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Lo que celebramos en la Trinidad no es solo un misterio, algo que no se puede comprender por la sola razón. Sino que celebramos el gran amor de un Dios que se hace fecundo porque ama sin medida. Fecundidad amorosa que engendra al Hijo y que por el Espíritu sigue actuando en la historia.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5sZnwzFvp0g6qTuq2Sb2amaN1fS1HGCUlWybuFfhCiVeFDccaoSYzJ2HlbAP71hPnSOBNA04Lsp046ZOWvMfASu2oEZeg9HBsID_e478F0qwy11N1okQtKjd7-V7NlrlWvv8m4uy91UM/s1600/trinidad_rublev1.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: justify;"><img border="0" height="152" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5sZnwzFvp0g6qTuq2Sb2amaN1fS1HGCUlWybuFfhCiVeFDccaoSYzJ2HlbAP71hPnSOBNA04Lsp046ZOWvMfASu2oEZeg9HBsID_e478F0qwy11N1okQtKjd7-V7NlrlWvv8m4uy91UM/s320/trinidad_rublev1.jpg" width="320" /></a><br />
Creación abierta que también espera planificación, que está anhelando también la vida en plenitud.<br />
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Dios fecundo en si mismo y de cara a los demás. Hacia dentro y hacia fuera. En un fuera que ya es dentro y viceversa. Todo amor, entregado, extendido, compartido.<br />
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Trinidad de amor, de creación, de historia, de esperanza de un presente que ya es futuro y pasado que ya es salvación.<br />
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ESPIRITUALIDAD COTIDIANAhttp://www.blogger.com/profile/01184761495072681306noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7969917293128584342.post-9146901986532276132021-05-22T16:04:00.000-03:002021-05-22T18:05:02.860-03:00La Casa de Pentecostés es Casa de Oración...<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibnkt7S0toMkY0T3zHzRQJIoG-IO_MSh5XHQLeJbSizTCKoFpnCK4aa2ezfw7293R_PRmUA4yyQ7vwjCUoapUmSbFHbXYYS58OqiTRAK4Kx3lRUKH3ZHepCyFJUFfgQeFLdaGd3yge678/s1600/pentecostes.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="302" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibnkt7S0toMkY0T3zHzRQJIoG-IO_MSh5XHQLeJbSizTCKoFpnCK4aa2ezfw7293R_PRmUA4yyQ7vwjCUoapUmSbFHbXYYS58OqiTRAK4Kx3lRUKH3ZHepCyFJUFfgQeFLdaGd3yge678/s400/pentecostes.jpg" width="400" /></a></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibnkt7S0toMkY0T3zHzRQJIoG-IO_MSh5XHQLeJbSizTCKoFpnCK4aa2ezfw7293R_PRmUA4yyQ7vwjCUoapUmSbFHbXYYS58OqiTRAK4Kx3lRUKH3ZHepCyFJUFfgQeFLdaGd3yge678/s1600/pentecostes.jpg"></a><span style="font-size: large;">La casa de Pentecostés</span><br />
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Escrito por Javier Albisu , de su libro: "Cuando Jesús entra en casa".<div><span face="'Trebuchet MS', sans-serif" style="color: #20124d;"></span><br />
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<span face="'Trebuchet MS', sans-serif" style="color: #20124d;">“La casa de Pentecostés es casa de oración, donde se ora intensamente. A medida que ora el corazón se hace más dócil a la acción de Dios. Más se prepara para ser llevado por el viento del Espíritu…como un barrilete. Ser llevado por el viento del Espíritu no es ser llevado por cualquier viento.</span></div>
<span face="'Trebuchet MS', sans-serif" style="color: #20124d;">
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Es ejercer responsablemente la propia libertad. Es ser fiel a lo que se siente como el llamado más auténtico y verdadero de uno mismo. Es confiar en Aquel que nos tiene de su mano, para ofrecerle con soltura nuestra vida y permitirle que nos lleve a corrientes de aire más altas, a un grado de santidad más alto. Esto es algo que el Señor lo va consiguiendo con nosotros, de a poco. Nos va confiando más a medida que nos ve crecer en confianza.</div>
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Quien quiere volar alto debe tener preparado un carrete u ovillo grande hilo…Si el crédito que le ofrecemos a Dios es cortito, poco podrá elevar nuestra medida. Volaremos bajito. Si Dios tiene en sus manos el ovillo de nuestra vida, todo nuestro rollo, podrá hacernos levantar. Para que el barrilete se eleve necesita una estructura que lo sostenga (un par de maderas cruzadas); así también para que un corazón que ora se eleve, necesita la forma y consistencia de la propia cruz. Desde la propia cruz oraba Jesús y nos enseña a ser levantados en alto. El corazón que ora como el barrilete, aprende que el viento es una fuerza que bien puede servir para elevar como para hundir. Hay ciertos vientos que nos empujan supuestamente ”a favor” y no hacen sino hundirnos. Y es que no se levanta vuelo con viento a favor. Se levanta con viento en contra. Cuando vemos que la situación es adversa sentimos que no avanzamos, pero en realidad, lo importante es avanzar, lo necesario hasta elevarnos por encima de la situación.</div>
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Si hacemos frente al viento movidos por la gracia que nos sostiene, nos ponemos por encima. Si nos achicamos, atendiendo sólo a su intensidad, nos venimos abajo. ¿Cuántas veces nos hemos preguntado por qué el Señor nos hace avanzar viendo que todo se nos viene en contra? Y es como él conoce de vientos, sabe que es la oportunidad para hacer que el corazón se levante y tome altura. El ponernos a la altura de las situaciones lo consigue el Señor. Si bien el barrilete planea sostenido por el viento, no debe olvidar que tanto la altura como el tiempo de vuelo lo dosifica con sabiduría quien lo tiene de su mano. "El que se eleve será abajado y el que se abaje será elevado”. No debemos olvidar que si estamos por encima de muchas situaciones es por la mano del Señor que nos tiene aferrados.”</div></span>
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