Escrito por Florentino Ulibarri
¿Estás
dispuesto a no dar importancia
a que has
hecho por los demás
y hacer memoria
agradecida de todo
lo que los
otros han hecho por ti?
¿Estás
dispuesto a no hacer caso
a lo que crees
que el mundo te debe
y a tener en
cuenta, en cambio, cada día
todo lo que tú
sí debes al mundo?
¿Estás
dispuesto a poner tus derechos,
si fuere
preciso, en último lugar
y situar por
delante los de los demás
y la
oportunidad de hacer algo más que el simple deber?
¿Estás
dispuesto a aceptar gozosamente
que toda
persona es tan real y necesaria como tú
y esforzarte
por cubrir sus necesidades,
respetar su
dignidad y llegar a su corazón?
¿Estás
dispuesto a reconocer que no merece la pena
sacar provecho
o ventajas en la vida
por tu origen,
cultura o suerte
y sí ofrecer a
los demás todo lo que eres capaz de dar?
¿Estás
dispuesto a cerrar el libro de insultos
y buscar junto
a ti, muy cerca de ti,
un lugar donde
puedas sembrar
unas pocas
semillas de felicidad?
¿Estás
dispuesto a abrazar y abrir tus entrañas
a quienes viven
marginados y perdidos
sin pedirles
cuentas, sin echarles en cara,
y perderte tú
por los lugares que ellos andan?
¿Estás
dispuesto a confesar sinceramente
que a veces te
puede el afán y anhelo
de aparentar y
ser el primero
en las listas y
lugares de este mundo y del Reino?
¿Estás
dispuesto a estrechar entre tus brazos
a pobres,
sucios y enemigos,
a mirar y besar
con dignidad a los últimos
y a hacerte el
servidor de todos?
Si es así,
puedes tener por cierto
que estarás
siempre conmigo
y que éste será
un feliz día para ti
sin importarte
ser último o primero.
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