Fuente: Jesuitas - Murcia
Para sentir y gustar...
“Se fueron a
Galilea”. Allí había comenzado la relación y amistad con Jesús. Allí se habían comprometido
a seguirlo colaborando en su proyecto del Reino de Dios. Siguiendo las
indicaciones de las mujeres, los discípulos se reúnen en Galilea. No saben lo
que les espera.
“Alguno vacilaban”.
Después de todo lo que han visto y experimentado antes y después de la Resurrección,
tienen sus dudas. Es la condición humana: la de ellos y la nuestra. Jesús les
encomienda su misión. Sorprende una misión importante confiada a las personas débiles,
que vacilan. En sus manos y en las nuestras tenemos una misión que nos desborda…
“Vayan y hagan discípulos bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” Es la tarea fundamental que les confía Jesús. Bautizar en nombre de la Trinidad significa introducir a los nuevos creyentes en la vida misma de Dios, en su intimidad de amor. En toda forma de la misión cristiana no se puede prescindir de la unidad entre nosotros siguiendo la unidad de la Trinidad. El tema de la misión es crucial en todos los relatos pascuales. “Enseñar” no hace referencia a doctrinas sino a vivir como vivió Él, poniendo por encima de todo el servicio. Les envía a trabajar para que el mundo haya hombres y mujeres que vivan como discípulos de Jesús. Seguidores de Jesús que aprendan a vivir como Él, construyendo un mundo más humano y fraterno.
“Yo estoy con
ustedes todos los días hasta el fin del mundo”. Los discípulos fueron elegidos,
como nosotros, gratuitamente para ser sus amigos, insertos en Él como los sarmientos
en la vid, que se alimentan de la savia y fructifican. Sin “permanecer” en Jesús
no podemos dar fruto, ni amar a los demás con un amor fuerte y generoso; pero
con Jesús, unidos a su cepa, podemos. En comunión con Él que esta con nosotros “todos
los días” y en cualquier circunstancia.
MIRA a los discípulos
con sus dudas…
ESCUCHA a Jesús
confiando en ellos…
CONSIDERA la invitación
a “permanecer” en Él…
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