Escrito por Eloi Leclerc -de su Libro: El Reino Escondido-
"...Jesús sabe perfectamente que la existencia de los hombres suele transcurrir bajo el signo de la preocupación: preocupación por la comida, por el vestido y el techo, por el dinero y el día de mañana...
La relación de los hombres con las cosas está dominada por la inquietud y el miedo. Inquietud y miedo a carecer de lo necesario y hasta de lo superfluo. Inquietud y miedo a no tener tal o cual cosa, a perder esto o lo de más allá... Es ésta una carga que el hombre se ve obligado a arrastrar día a día. Pero Jesús piensa que esa carga es incompatible con la nueva existencia en el Reino e indigna de la nueva cercanía de Dios. Por eso quiere absolutamente liberarnos de ella y nos propone una vida libre de inquietudes y de miedos,
digna de los hijos de Dios y, por ello mismo, verdaderamente humana.
«...No se preocupen por su vida...
Ahora bien, cuando se encuentra dominado por la inquietud y el miedo, el hombre está esclavizado por las cosas. Y Jesús quiere liberarlo, devolverle su dignidad.
¿Cómo? Arraigando la existencia humana en una seguridad última y absoluta. Lo contrario de la inquietud y del miedo no es para Jesús la despreocupación ni la imprevisión, sino la confianza, y una confianza a toda prueba.
Y nos revela cuál es el secreto de ésta: «Tu Padre Celestial sabe que tienes necesidad de todo eso».
«Tu Padre»: he ahí la palabra clave. Y cuando Jesús pronuncia esta palabra, la enriquece con toda la verdad, la profundidad y la emoción de su experiencia filial, es decir, de esa nueva e inaudita cercanía de Dios al hombre, de esa comunicación gratuita de Dios ofrecida a todos en el Hijo. A la luz de esta experiencia, Jesús no promete ciertamente a los hombres una vida fácil, segura y al abrigo de todas las turbulencias y sufrimientos; no les revela una Providencia semejante a un seguro a todo riesgo. Lo que les ofrece es una seguridad última e indestructible, en medio de los peores dramas de la vida. Y es que quien, siguiendo a Jesús, acoge la nueva cercanía de Dios, siempre podrá, suceda lo que suceda, mantener unas relaciones filiales con el Principio supremo del universo y comportarse como un hijo con respecto a él.
...La confianza a que invita Jesús a sus oyentes es una confianza activa: «Busca el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura».
Lejos de animarlos a la ensoñación y a la ociosidad, les hace embarcarse en una gran aventura, les moviliza al servicio del Reino. Los discípulos, dejando a un lado todas sus pequeñas preocupaciones, deben trabajar por transformar el mundo, dejándose inspirar en todas sus relaciones por el aliento de misericordia y ternura que conlleva la nueva cercanía de Dios. A quien se consagra a esta tarea, todo le será dado por añadidura. Porque el Reino da cabida al misterio del hombre en su plenitud. Refugiándose en la nueva cercanía de Dios, el hombre habitará también realmente en sí mismo y en el mundo. Con toda confianza y paz.
bellísimo... TU PADRE es la mayor y la más bella de las certezas...
ResponderEliminarProfundo y a su vez con la simpleza necesaria para aplicarlo a la vida cotidiana! gracias Hermanita Marta porque siempre nos iluminas!
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