domingo, 10 de abril de 2016

Para que el Amor se centre más en las Obras que en las Palabras...

Fuente: Centro de Espiritualidad y Pastoral- Venezuela-

Los discípulos, tras la muerte de Jesús, se mantienen juntos, pero Jesús no está con ellos. Han regresado a su antiguo oficio de pescadores. Se han puesto a trabajar en lo de antes, pero no han dado frutos. Y es que para dar frutos no basta estar juntos, ni ser amigos simplemente o empeñarse a la fuerza,sino emprender de nuevo el camino apoyados en la gracia, en la apertura a la novedad y en la alegría que brota de reconocer desaciertos y dejarse enseñar por el camino andado.

Para los discípulos, y para nosotros también, hay un antes y un después de la Pasión del Señor. Viviendo junto a los crucificados del mundo es como podemos testimoniar este antes y después de la Pasión. Si nos dejamos ganar el corazón por el Crucificado-resucitado seríamos, claro está, las mismas personas, pero jamás lo mismo, porque que tendríamos definitivamente grabados en la mente y el corazón los gestos y los modos de proceder del Señor. 

En medio de la experiencia que viven los discípulos aquella noche de pesca en la que se apareceJesús, el evangelista Juan resalta de forma muy sutil pero directa el gran contraste que hay entre laoscuridad y la luz, la noche infructuosa y el amanecer fecundo. Sin Jesús andamos en la oscuridad, sinorientación y caminando a tientas, sin lograr nada y extraviados, mientras que con Jesús andamos en laclaridad, guiados y acompañados por su luz y acertando en el camino.

El Señor es la fuente de la fecundidad de todo lo que hagamos. Él vendrá y se manifestará comoamanecer y como luz en las noches de nuestras vidas. Él hará que nuestros afanes, cansancios y hastanuestras huidas, se conviertan en ocasión de gracia. De múltiples maneras el Señor se aparece en nuestro caminar. Tan sólo habría que estar atentos a la realidad para captarlo y sentirlo, y con toda seguridad, Jesús nos convocará de nuevo, recreando los signos y las señales para que así tengamos vida dentro de nosotros mismos.

La experiencia resucitadora que viven los discípulos junto al lago de Tiberíades los invita a superar la nostalgia de la ausencia del amigo y a salir de sí mismos, para que puedan comprender el verdadero sentido de la Pasión. Las redes repletas de peces, serán la señal de lo espléndido que se muestra Dios, aún en medio de la infecundidad de nuestros esfuerzos.

El Señor resucitado, es el crucificado. Por eso ha preparado nuevamente la mesa de la comida, de la fraternidad y de la confianza, para que ningún discípulo olvide que no se debe a sí mismo, sino a los demás. De ahí que, en medio de esa nueva comida, retome el tema del amor y la entrega: “si me amas,cuida a los demás, atiéndelos, sírvelos, da la vida por ellos”, para que el amor se centre más en las obras que en las palabras

1 comentario:

  1. Hola por favor pido oración estoy pasando un delicado proceso de enfermedad gracias y bendiciones abrazo grande Luis

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