Texto escrito por Alessandro Pronzato:
“A los Apóstoles se les echó en cara que se habían quedado plantados, mirando el cielo.
“Como permanecían con la mirada puesta en el cielo mientras Jesús subía, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo?
Hoy es necesario mirar la tierra.
Ha llegado nuestra “hora”.
Nos toca a nosotros.
Cristo ha desaparecido. Toca a los “suyos” asegurarle su presencia visible.
Nace la Iglesia itinerante.
“Ellos fueron y proclamaron el evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba la palabra con los signos que los acompañaban” –Mc.16, 20-.
Y nace nuestro compromiso. El compromiso con la tierra. El compromiso con los demás.
Con la Encarnación, lo humano se convierte en “el espacio de la irrupción de Dios”…
Después de la Ascensión, lo humano es el espacio que continúa la Encarnación.
Dios ha tomado la palabra a través del rostro de su Hijo…
Ahora Dios continúa manifestándose, hablando, haciéndose visible a través de nuestro rostro…
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