Pentecostés nos invita a caer en la cuenta de cómo la acción del Espíritu Santo ha ido creciendo con el tiempo: cuando miramos hacia atrás, nos va siendo más fácil rastrear con agradecimiento sus huellas en nuestra vida y el eco de ese modo suyo de hacernos sentir su presencia que, como sintió Elias en el Horeb, es como "la voz de un silencio tenue" (1Re 19,12).
Pentecostés nos ayuda a entender mejor aquello de San Pablo de que "el Espíritu viene en auxilio de nuestra debilidad" (Rom 8, 26): el más elemental realismo nos va demostrando, no sólo que "no sabemos orar como conviene", sino que ese "no saber" abarca casi todo el resto de los aspectos de nuestra vida. Pero esa constatación que podría apabullarnos, podemos llegar a celebrarla porque nos recuerda que podemos contar con una fuerza que no nos pertenece pero que nos habita y que, a poco que se lo consintamos, se hace cargo de nuestra vida y se encarga de ella bastante mejor de lo que lo haríamos nosotros mismos si nos empeñáramos.
Pentecostés nos sitúa en la órbita del Maestro interior: según va pasando la vida y vamos teniendo experiencias preciosas de amistad, comunicación profunda y acompañamiento espiritual, puede crecernos la convicción de que hay en cada uno de nosotros una zona incomunicable y a la que casi no tenemos acceso ni nosotros mismos, pero que es transparente para el Espíritu que desde ahí enseña, atrae, conduce y mueve. Pero la cosa no va de intimismos porque es una conducción y ya se sabe dónde va a parar: oí contar hace poco que le preguntaron al Abbé Pierre en la TV: ¿Qué es lo más importante para Ud.? y él contestó: Los otros. Esa es la asignatura que enseña siempre el "Maestro interior".
Pentecostés nos incendia para sentir el mundo como lo sentía Jesús, sin permitir que la ausencia prolongada del Señor y el sufrir de tanta gente nos abrumen hasta el punto de apagar nuestra esperanza. Porque en medio de tantas cosas en contra, allí está también el Espíritu a favor nuestro, amigo fiel a nuestro lado para sostener en nosotros ese deseo que nos hace seguir clamando tercamente: "¡Ven Señor Jesús!" (Ap 21,17).
PARA UN MOMENTO CONTEMPLATIVO
Puedes rezar con esta poesía, quedándote sintiendo y gustando aquella imagen que sientas como invitación del Espíritu Santo para tu vida, en este Nuevo Pentecostes...
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PARA UN MOMENTO CONTEMPLATIVO
Puedes rezar con esta poesía, quedándote sintiendo y gustando aquella imagen que sientas como invitación del Espíritu Santo para tu vida, en este Nuevo Pentecostes...
ESPÍRITU
Que tu Espíritu sea danza que inspire el caminar.
Que tu Espíritu sea aliento que convoque a la unidad.
Que tu Espíritu arrase con la uniformidad.
Que tu Espíritu se mezcle con nuestra humanidad.
Que tu Espíritu transforme nuestras manos para dar.
Que tu Espíritu madure nuestro sueño para amar.
Que tu Espíritu fecunde con ternura nuestro ser.
Que sea fuego en la campiña y encienda nuestra fe.
Que tu Espíritu nos haga resistir la tempestad.
Nos levante la mirada, nos regale libertad.
Nos transforme en la palabra que restaure dignidad.
Cómo ráfaga de vida, la esperanza traiga ya.
Que tu Espíritu remueva nuestra tierra por sembrar.
Que tu Espíritu inspire cada intento por sanar.
Que tu Espíritu nos llene de gozo al mirar.
Que la vida rompe el muro y la flor se asoma ya.
Que tu Espíritu sacuda nuestro miedo a la verdad.
Que tu Espíritu nos mueva siempre a dar un paso más.
Nos invite a compartir la mesa con todo nuestro pan.
Nos inunde de sentido y alegría en el andar.
Que tu Espíritu, Dios Padre y Madre, invite a la equidad.
Que tu Espíritu nos mueva a desterrar la soledad.
Que tu Espíritu sea el verso que nos dé la identidad.
Sea el canto y la razón que movilice nuestro andar.
Que tu Espíritu, Dios Padre y Madre, invite a la equidad.
Que tu Espíritu nos mueva con los pobres a luchar.
Que tu Espíritu con ellos avive la amistad.
Que propague la justicia y por fin venga la paz.
Cecilia Rivero rscj
Gracias por este hermoso compartir.. Que El Espiritu Santo nos conceda aquellos dones que mas necesita nuestra vida, y nos encendie para sentir al mundo, como sentia Jesús..FELIZ PENTECOSTES..
ResponderEliminargracias voy a compartir.
ResponderEliminarHermosa reflexión! Ven Espíritu de Dios!!!
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