Escrito por José María Vallarino, de su libro: Los enfermos, epifanías del Misterio Pascual.
Muchas personas son llamadas a
sufrir. Creo que esta gente, como los anawin, los pobres del pueblo de Israel (en
el Antiguo Testamento), son especialmente amados por Dios, pues los ha llamado
a caminar hacia Él por una senda particularmente estrecha, el camino del
Calvario, el mismo que recorrió su Hijo.
No tengo respuesta al eterno “¿por
qué? del sufrimiento, pero estoy convencido de que, aunque en el momento, pero
estoy convencido de que, aunque en el momento que estoy frente a una persona
sufriendo no lo vea, jamás carece sentido. Descifrar ese sentido entra en el
ámbito del misterio; ámbito en el cual me siento a gusto porque las cosas
verdaderamente importante de la vida le pertenecen.
Hay quienes son claramente
purificados, fortalecidos y ahondados
por el sufrimiento. Otros quedan simplemente rotos, deshumanizados,
destrozados, resentidos. Esta es la causa de que muchos pierdan la fe. Sé que el sufrimiento es piedra de escándalo, “de tropiezo”
para muchos inteligentes. ¿Cómo puede
permitir que esto suceda?
Mi única respuesta es el misterio
pascual de Cristo. Un Dios Amor que se revela como Palabra encarnada para
compartir la suerte de su creatura, cargar sobre sí las consecuencias del
pecado, la disgregación que produce el pecado. Palabra que se hace sonoramente
silencio en la Cruz. Cruz que se manifiesta al hombre un Dios que muere con los
brazos extendidos para poder abrazar así, en compasión solidaria, a todo
doliente. Dios que se hace totalmente vulnerable para comprometerse con su
creatura, haciéndose compañero de camino hasta el banquete de la vida plena.
Hace mucho que renuncie a
preguntarme el “por qué” del sufrimiento, es una pregunta y un planteo que no
lleva a ninguna parte. Ahora vivo instalado en el ojo de ese huracán teológico,
moviéndome en la oscuridad, acostumbrado. Sé cada vez menos; pero lo que sé, lo
sé más profundamente, en lo más hondo de mí, donde vive mi fe. ¿Cuál es el
mensaje de este “ojo de huracán”? Creo que es este: el sufrimiento está, del mimo modo que la vida; es un hecho. Más importante que
preguntarse “¿por qué?” será adentrase en el sufrimiento; estar junto a los que
sufren…
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