Muchos acuden a ser bautizados por Juan, ya que el Río Jordán se ha convertido otra vez en lugar de paso. Paso de la tiniebla a la luz, del abatimiento a la esperanza, de la sin salida al futuro de Dios. Entre los que acuden se encuentra Jesús de Nazaret, uno de los muchos judíos que se sienten convocados por el profeta Juan.
“Se rasgó el cielo y se vio al Espíritu bajar hacia él”
A Jesús el Bautismo le conmueve por dentro, lo trastoca, parece que le invade una Compasión y Ternura infinitas. El Dios de los padres se le presenta como Fuente de Vida, como Misericordia y Compasión, como fuente de dignificación y perdón.
El Cielo deja de estar en silencio, el Cielo se complace en Jesús para que desde su honda percepción del Dios de Israel como Ternura (¡Abba!) y Fuente de la Vida (Creador) su vida se convierta en una Buena Noticia para los abatidos de la casa de Israel.
Jesús ya no será el mismo, el hijo del carpintero ha sido tocado por el Compasivo y su vida se va a convertir en la visita de Dios a su pueblo, en causa de libertad para los oprimidos, en salud para los enfermos, en perdón para los indignos, en inclusión para los excluidos, en fiesta para los tristes y ninguneados. Jesús seguirá profundamente agradecido a Juan el Bautista, el más grande de los nacidos de mujer porque ha abierto la esperanza de Israel.
Jesús ahora se siente fascinado por los pequeños del Reino, por los pequeños del Padre...
Te dejo esta poesía para sentir y gustar:
¡SUMÉRGETE EN LA
VIDA Y BAUTÍZATE!
Escrito por Florentino Ulibarri
Hijo
mío: tú no sabes lo que eres,
pues
todavía no te reconoces obra de mi amor.
No
sabes lo que eres en mí,
e
ignoras las posibilidades que hay escondidas en ti.
Despierta
y deja los malos sueños:
esa
fijación en fracasos, fallos y frustraciones,
en
cansancios, caídas y pasos en falso...
Todo
eso no es tu verdadero yo.
¡Déjate
amar y guiar y... ¡ya verás!
Tu
colección de máscaras
y
los disfraces que te pones
te
pueden ocultar a los ojos de los demás
pero
no pueden ocultarte a mis ojos de Padre.
Esa
mirada, tu mirada, que no es clara,
y
tu deseo febril, anhelante,
así
como tus ambiciones, apetencias y ardores
tan
queridos, tan tuyos, tan fuertes...
Todo
eso no es tu verdadero yo.
Bajo
todo ello, detrás de todo eso,
más
allá de tus miedos y dudas,
de
tus éxitos y fracasos,
de
tu pasado oscuro o yermo...
yo
te miro, yo te amo, yo te elijo
y
abro las puertas del cielo para mostrártelo.
Tú
eres un hijo a quien quiero.
¡Podría
decir tantas cosas...!
No
de ese tú que busca disfraces,
sino
del tú que permanece en mi corazón
y
que acuno como Padre/Madre en mi regazo,
del
tú que puede aún manifestarse.
¡Haz
visible lo que eres para mí!
Sé
el sueño hecho realidad de ti mismo.
Activa
las posibilidades que he puesto en ti.
No
hay ningún don al que no puedas aspirar.
Llevas
mi espíritu y mi sello y sangre.
Te
beso, te amo, te libero, te lanzo...
Te
abro a la vida y te hago dueño.
Y
si todo esto es lo que yo hago,
¿qué
te impide levantarte, andar y ser?
¡Estás
en el mundo por tu bien y mi querer!
¡Sumérgete
en la vida y bautízate!
Hermoso y reconfortante...Gracias.
ResponderEliminarVamos todavia ....!!!!!! Que hay mucho por hacer con gran alegria en el corazon . Muchas gracias Marta !!!!! Un abrazo. M. Isabel.
ResponderEliminarGracias. Siempre es bueno tener presente que con el Bautismo recibimos la Fe y la Gracia. Sólo Dios puede consolar mi Alma.
ResponderEliminarMe hizo mucho bien . Gracias Abba . Gracias Maria . Gracias hermana Martha !! Nati
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