Escrito por Miguel Tombilla
En Neftalí y Zabulón, junto al lago, es dónde Jesús está a gusto, dónde llama a los suyos, dónde comienza a anunciar el Reino. Y Él es la luz en medio de esas tinieblas, de la oscuridad de una sociedad descreída y para muchos condenada. Profecía cumplida después de los siglos y Palabra de salvación realizada.
En el lago de los trabajos cotidianos llama a los discípulos y en la normalidad de la vida los invita al seguimiento. Y ellos perciben la luz en medio de las tinieblas, en esa Galilea de los gentiles, y su vida cambia. Y ya no pueden seguir haciendo lo que antes hacían...
Ya no pueden seguir viviendo como antes vivían...
porque ya conocen la diferencia entre lo antiguo y lo nuevo.
Galilea de los gentiles también hoy:
Tiempo de salir de nuestros Jerusalenes fríos y decadentes,
Tiempo de salir de un Dios encerrado y manipulador.
Tiempo de encontrarnos en el lago con la brisa que renueva y hace revivir.
Tiempo de hacer de lo cotidiano el lugar de la manifestación del Señor que nos sigue llamando por nuestro nombre.
Galilea de los gentiles, de redes, luces, tinieblas, llamadas y esperanzas.
En Neftalí y Zabulón, camino del mar.
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