Te quiero comentar que este texto a sido escrito por Miguel Tombilla
En este domingo aparece ante nuestra vida las palabras de Isaías pronunciadas por Jesús en ese pequeño pueblo de agua y pesca tan amado por el Mesías: Galilea.
Isaías vuelve a ser verdad en su mensaje de liberación: los ciegos filtran de nuevo la luz y las formas saliendo de su oscuridad, los oprimidos aprenden a gustar una nueva libertad de poder tocar a los seres amados, los pobres (siempre olvidados) pueden esperanzarse porque Dios mismo se les regala y se anuncia un año de gracia en el que todas las deudas (esas del Padrenuestro) son canceladas.
Una nueva posibilidad de empezar de nuevo, de no arrojar la toalla diciendo que todo va a seguir siendo igual, de escapar del “siempre va a ser así, no vale la pena hacer nada” que tanto interesa al poder (tantos poderes de ayer y de hoy) que creamos ciegamente.
Esta liberación de Isaías que en Jesús se despereza ya para siempre es la que nos permite ser cristianos: seguidores del Maestro que sigue empeñado en la verdad de la fraternidad, en el sueño galileano de una libertad para las que nunca la pudieron disfrutar, de un amor pequeño a la altura de la nariz de un niño que se admira del caminar de un caracol con la nariz a la altura de la hierba…
Liberación real que realizó, realiza y realizará la Iglesia, por la caricia empeñativa del Espíritu, en todas las épocas.
Y estas palabras, quieren ser un homenaje a todos ellos, mujeres y hombres de Espíritu que no hacen ruido pero que siguen cristalizando la liberación anunciada en esa sinagoga de Galilea olvidada de todos los Jerusalenes con grandes templos de compra-venta de Dios. Homenaje a aquellos que dan gratis lo que saben que gratis recibieron rompiendo la trágica cadena del aprovecharse de los demás o de cobrar hasta la más triste palabra que suele ser orden.
A tantos hombres y mujeres con nombre y apellidos empeñados en liberar-se y que, a veces, pierden la batalla a los ojos de los que triunfan: GRACIAS, porque sois hoy caricia del Espíritu.
Este texto a sido escrito por Miguel Tombilla
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