(Este texto es del P. Eduardo Casas, de su espacio en Radio María: Espiritualidad para el siglo XXI - Programa 6: "Himno al amor")
En la Biblia, el hermosísimo «Himno al amor» que nos presenta el Apóstol San Pablo en la Primera Carta a los Corintios en su capítulo 13. Esta exaltación que el Apóstol hace del amor intenta ser una respuesta a un complejo panorama comunitario de desuniones y desórdenes que vivía la comunidad cristiana de la ciudad de Corinto, en la Antigua Grecia, en los comienzos de nuestra era. El Apóstol trata la unidad de la comunidad diciendo que todos somos parte del mismo Cuerpo de Cristo (Cf. 12,12-29). Desde esta unidad, las diferencias vienen por la riqueza del Espíritu Santo que dispensa sus dones (Cf. 12,1-11) y de la variedad de dones, les va a enseñar el mejor de todos, el verdaderamente superior, «el camino más excelente» (Cf. 12,31): Camino del amor.
Hablar del amor como un «camino» nos otorga una visión ciertamente dinámica. No se van a exponer ideas sobre la «esencia» del amor. Ni se pretende enunciar todo lo que podría decirse del amor. Simplemente el Apóstol desea exhortar a los miembros de una comunidad y de una familia divida a descubrir el valor del amor.
No sólo se muestra el «camino del amor» sino, lo que es aún más importante, se señala al «amor como camino». El amor es un dinamismo que hay que transitarlo paso a paso.
Si el amor se presenta como el camino más preeminente, no hay entonces algo que sea superior, ni siquiera las acciones más sublimes que pudiésemos pensar. Lo verdaderamente excelso se da en el amor porque «aunque hablara todas las lenguas de los hombres y los ángeles sino no tengo amor soy como un bronce que suena o una campana que toca» (13,1).
Se recapitulan aquí todos los conocimientos más altos a los cuales puede aspirar el hombre: En primer lugar, la profecía como sabiduría para contemplar los misterios; en segundo lugar, el conocimiento que otorga el saber humano de las ciencias y, en tercer lugar, la fe activa, viva y operante, capaz de mover hasta lo más firme. Todas estas “llaves” del conocimiento -la profecía, la ciencia y la fe- no valen nada sin el amor, el cual es la verdadera chispa de todo genuino conocimiento humano.
Sólo cuando se comienza amar, se comienza a conocer mejor. La luz más profunda del conocimiento la da el amor. El que no ama queda en la oscuridad, se pierde la mejor luz. Todo amor guarda su propia luz. En ella se conoce lo más profundo. A la más alta inteligencia de todas las cosas, divinas y humanas, se llega por el amor. De nada nos sirve conocer, si no se despierta el amor. El mayor amor conlleva mayor conocimiento. Comparten la misma luz.
Este conocimiento no es sólo el de la realidad sino también el conocimiento recíproco que se da en los vínculos humanos. Nadie conoce definitivamente a otro sino lo ama de verdad. A menudo creemos conocer a otro porque nos es habitual, cotidiano y cercano. Nos falta asombrarnos de lo que aún no conocemos del otro. Sólo el amor abarca todo y nos envuelve a todos…
Algunas preguntas que pueden ayudar en el "camino del Amor"...
- ¿Vos qué es lo que creés conocer?
- ¿A quién verdaderamente creés conocer?
- ¿También lo amas de la misma manera?
- ¿Tu conocimiento viene de la luz que nos regala el amor?
- ¿Tu conocimiento te hace más comprensivo, más solidario, más dispuesto y más cercano a los otros?
Para terminar, comparto esta canción de Salomé Arricibita y Teresa Nécega -Fuente Fe Adulta-
Hacer clik para acceder al audio:
EL AMOR NO PASA NUNCA
El amor es bondadoso y paciente
el amor no tiene envidia, no miente
el amor no presume, no acusa
el amor no pasa... no pasa nunca
El amor no conoce el egoísmo
el amor salva cualquier abismo
el amor se da , no se calcula
el amor no pasa... no pasa nunca
El amor es leal y misericordioso
el amor no mira dónde hace reposo
el amor no se vende, no se asusta
el amor no pasa... no pasa nunca
TODO LO EXCUSA, TODO LO CREE
TODO LO ESPERA, TODO LO MUEVE
TODO LO LLENA, TODO LO INUNDA
EL AMOR NO PASA NUNCA
TODO LO ALEGRA Y LO TRANSPARENTA
TODO LO BUENO CRECE Y SE ALIENTA
TODO LO CURA, TODO LO ALUMBRA
EL AMOR NO PASA... NO PASA NUNCA
Letra y arreglos: Salomé Arricibita
Música: Teresa Nécega
Necesito confiar en el amor de Dios, en su ternura, en su infinita misericordia, en que ÉL es mi Padre y que nunca me abandonará. Sólo así puedo sentirme libre y que EL es el centro de mi vida!.-
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