Estamos por comenzar un Nuevo año y esto nos llena de esperanza!!
Estamos a pocas horas de celebrar la Fiesta de año Nuevo y me gustaría que reflexionáramos sobre el sentido de Festejar…, de hecho, nos venimos deseando ¡Felices Fiestas!!, no??
Encontré providencialmente, en estos días un texto escrito por Leonardo Boff, en donde dice que Festejar es afirmar la bondad de la vida…
El tema de la fiesta es un fenómeno que ha desafiado a los grandes pensadores de todos los tiempos, entre los que podemos nombrar, se encuentran Pieper hasta Nietzsche.
Y es que la fiesta revela lo que hay de sagrado en nosotros en medio de la vida cotidiana, que cuando la vivimos mal se nos transforma en lo que llamamos la fría rutina.
La fiesta en sí está libre de intereses y finalidades, aunque haya fiestas de negocios donde la fiesta se transforma en comer y negociar. Pero en la fiesta que es fiesta, todos están juntos no para aprender o enseñar algo unos a otros, sino para alegrarse, para estar ahí, uno para el otro comiendo y bebiendo en amistad y concordia. La fiesta reconcilia todas las cosas y nos devuelve la simplicidad del paraíso de las delicias, que nunca se perdió totalmente.
La fiesta es como un regalo que no depende ya de nosotros y que no podemos manipular. Se puede preparar la fiesta, pero la festividad, es decir, el espíritu de la fiesta, surge gratuitamente. Nadie la puede prever ni simplemente producir. Solamente podemos prepararnos interior y exteriormente y acogerla.
A la fiesta más social (bodas, aniversario) pertenecen la ropa festiva, el adorno, la música y el baile. ¿De dónde brota la alegría de la fiesta? Tal vez Nietszche encontró la mejor manera de formularlo: «para alegrarse de alguna cosa, hay que dar la bienvenida a todas las cosas». Por tanto, para poder festejar de verdad necesitamos afirmar positivamente la totalidad de las cosas: «Si podemos decir sí a un único momento entonces habremos dicho sí no sólo a nosotros mismos sino a la totalidad de la existencia»
Ese sí está en el interior a nuestra decisiones cotidianas, en nuestro trabajo, en la preocupación por la familia, en la convivencia con los colegas, los compañeros. La fiesta es el tiempo fuerte en el cual el sentido secreto de la vida es vivido incluso inconscientemente. De la fiesta salimos más fuertes para enfrentarnos a las exigencias de la vida.
La grandeza de una religión, cristiana o no, reside en gran parte en su capacidad de celebrar y de festejar a sus santos y maestros, los tiempos sagrados, las fechas fundacionales, para nosotros la Navidad es una de las Celebraciones más importantes para nuestra Fe, y de hecho, muchas personas se juntas a festejar, el 24 de diciembre y ni siquiera tienen fe, allí esta lo misterioso… es lo que en el Documento de Puebla, se hablaba de las “semillas del Verbo”…, es decir, en cada corazón que Dios ha creado, hay un anhelo de trascendencia… .
En las fiestas cesan los interrogantes del corazón y el practicante celebra la alegría de su fe en compañía de hermanos y hermanas que comparten sus mismas convicciones, oyen la misma palabra sagrada y se sienten próximos a Dios.
Por haber perdido la alegría, gran parte de nuestra cultura no sabe festejar...
La fiesta tiene que ser preparada y solamente después celebrada. Sin esta disposición interior corre el riesgo de perder su sentido alimentador de la vida que llevamos...
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Deseándote un muy Fecundo y Bendecido 2016, sigamos compartiendo este espacio en la ESPIRITUALIDAD COTIDIANA...
Con mi cariño y oración, gracias por lo compartido!!
Marta Irigoy
Gracias Marta por todo lo compartido a través del blog. Bendiciones para cada día del 2016.
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