Escrito por hna Mariola López Villanueva rscj
Mateo 11, 10-11
Juan está desconcertado porque las cosas no van como él las esperaba. Qué bien podemos reconocernos en esas expectativas que no se cumplen, proyectos que después de mucho empeño se frustran, realidades que imaginábamos y que no llegan del modo previsto…
Y tentados por el desánimo nos preguntamos si tenemos que seguir esperando tiempos mejores. Jesús nos saca de esas situaciones abriendo nuestros ojos a la realidad: hay tantos lugares donde despunta la buena noticia, tanta sanación que quiere acontecer, tanta bendición que acoger a través de los pobres y pequeños.
Jesús ensalza la vida de Juan y la agradece, porque a su manera, sin comprender del todo hasta donde llegaba la incondicionalidad del amor de Jesús, preparó con sus palabras y sus gestos la eclosión del Reino desde los más frágiles de la tierra.
Y cuando fijamos nuestros ojos y nuestros oídos en esa dirección, es Dios mismo escondido en ellos quien nos regala alegría y salvación.
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